El Sindicato Empresarial Alavés y Rabanera discrepan sobre la entidad de las inversiones públicas en Álava
La patronal de Álava, el Sindicato Empresarial Alavés (SEA) y el diputado general, Ramón Rabanera (PP), mantuvieron ayer opiniones contrarias sobre la entidad de las inversiones públicas en la provincia.
El secretario general del SEA, José Manuel Farto, que presentaba el balance económico del pasado año y la coyuntura en este primer trimestre, denunció la escasez de inversiones públicas de entidad en Alava en los últimos diez años, y especialmente en los cuatro últimos.
Farto aseguró que Álava es el territorio del País Vasco en el que menos inversión pública se ha realizado en este tiempo en materia de infraestructuras, y añadió que la que se ha hecho 'no es significativa'. El responsable del SEA achacó esta carencia tanto a las instituciones vascas como a las dependientes del Gobierno central, y advirtió de la pérdida de competividad económica que puede suponer para el futuro este déficit.
En una rueda de prensa posterior, y a preguntas de los periodistas, el diputado general, Ramón Rabanera, discrepó abiertamente con la apreciación del secretario general del SEA, e incluso sugirió que la opinión de José manuel Farto no coincide con la del conjunto de la patronal alavesa. Rabanera afirmó que el esfuerzo inversor realizado en la última etapa 'no tiene precedentes'. En este sentido destacó que, tan solo por parte de la Diputación, se han abordado actuaciones como la mejora de carreteras y la construcción de regadíos, del museo de arte contemporáneo Artium o la puesta en marcha de 1,4 millones de metros cuadrados en polígonos industriales.
Respecto a la situación económica de Álava, Farto indicó que todavía hay que hablar de 'incertidumbre'. 'No se puede decir que haya una recuperación', dijo, aunque apuntó que hay 'tendencias positivas, pero siempre dentro de la fragilidad'. El SEA prevé que este año el PIB alavés suba el 2,4% (seis décimas menos que en 2001). No obstante, Farto expresó la preocupación de los empresarios por el incremento continuo de los costes laborales (salarios más seguridad social) y la tendencia al estancamiento de la productividad, lo que puede llevar a perder competitividad y dañar el comportamiento de las exportaciones, un pilar de la economía alavesa.
