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Sarajevo, 10 años de esa guerra que nos cambió

Se cumplen 10 años del inicio del cerco de Sarajevo. Esa guerra que tanto nos cambió a muchos que, procedentes del pacifismo, de la izquierda parlamentaria o extraparlamentaria, nos llevó a demandar una intervención para frenar el genocidio. Nos hizo involucrarnos en lo que se llamaría intervención humanitaria, y provocó que Barcelona creara un nuevo distrito, el 11, que se ubicaría en Sarajevo, que impulsaría todo tipo de iniciativas de ayuda y reconstrucción y crearía unos lazos humanos que perduran.

Mientras en Barcelona estaban a punto de iniciarse los Juegos Olímpicos de 1992, en Sarajevo grupos de radicales serbios, con el apoyo del ejército yugoslavo, comenzaban a disparar contra los ciudadanos de Sarajevo, ciudad que había acogido los Juegos Olímpicos de Invierno de 1984. Alia Izetbegovic, el presidente legítimo de la república, que un año antes había entregado las armas de la milicia territorial al ejército yugoslavo confiando en su neutralidad, aparecía ingenuo en televisión tranquilizando a los ciudadanos asegurando que, a diferencia de lo que había ocurrido en Croacia, no habría guerra: 'Para la guerra es preciso ser dos y nosotros no la queremos'. No hubo guerra, sucedió un cerco medieval de casi cuatro años, un genocidio que culminó en Srbrenica, que ni Europa ni la ONU fueron capaces de detener. Un genocidio que terminó cuando Bill Clinton decidió que había llegado la hora de intervenir.

La ayuda enviada por Cataluña durante el cerco de Sarajevo cristalizó en la creación del distrito 11, que multiplicó esfuerzos y complicidades

Las llamadas que desde la Barcelona de 1992, con el alcalde de Sarajevo al frente, se hicieron para conseguir una tregua, la ayuda que Cataluña envió durante el cerco, cristalizó tras los acuerdos de Dayton en la creación de ese distrito 11 que multiplicó esfuerzos y complicidades en proyectos de todo tipo. Algunos claramente visibles como la reconstrucción del devastado barrio olímpico de Mojmilo y del complejo deportivo de Zetra, cuyos campos se convirtieron en cementerio. Otros más discretos y menos conocidos, pero no por ello menos importantes. Y trabajando siempre con la amargura de la no respuesta a esa pregunta, de por qué se intervino tan tarde, y la incomprensión de muchos que casi venían a decir que esa ONU, esa Europa, esos Estados Unidos que no intervenían en Palestina para hacer cumplir unas resoluciones de la ONU, si actuaban en los Balcanes era por intereses ocultos. Y en el fondo deseábamos creer que algunas cosas cambiarían y vendrían después más intervenciones para perseguir otros genocidas, romper otros cercos y otras limpiezas étnicas. Pinochet fue procesado y después la ONU intervino en Timor. Algo que lamentablemente no va a ocurrir con Bush hijo en la Casa Blanca, con su Justicia infinita contra el terrorismo y su Confianza ciega en Sharon. Una confianza total en el asesino de otros Srbrenicas como Chabra y Chatila, autor de otros cercos como el de Ramala, y ciega, porque parece que desee que sean millones los musulmanes dispuestos a morir odiando a Estados Unidos e Israel.

Aunque sean, pues, malos tiempos para hablar de intervenciones humanitarias, en Barcelona se conmemorarán los 10 años del inicio del cerco con la exposición titulada No oblidarás Sarajevo, que se inaugura hoy en el Centro de Cultura Contemporánea, y con la presentación del libro colectivo de textos y fotos Zivjelo (salud) Sarajevo! La ciudad en nuestra memoria. Un libro que se presentará también en Sarajevo el 17 de mayo, día en que se cumplirán los 10 años de la muerte del joven reportero catalán Jordi Pujol Puente, primer periodista fallecido en la guerra de Bosnia. Si para muchos procedentes de la izquierda, Bosnia fue un antes y un después, también lo fue para los medios de comunicación, no sólo por la cantidad de periodistas que allí murieron, sino por el papel que desempeñaron tomando partido por las víctimas, clamando contra la impunidad, exigiendo que quien tuviera el poder militar para detener a un ejército de milicianos y soldados borrachos de aguardiente a las órdenes de Milosevic, actuara ya de una vez.

Xavier Rius-Sant es periodista.

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