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Una calle de dos carriles y sin arcén une Coslada con la M-45

La Guardia Civil alerta de que el firme no aguantará los camiones

El único acceso a Coslada (78.000 habitantes) desde la recién estrenada M-45 es una calle residencial, la de Manuel Azaña, de sólo siete metros de anchura, con un carril por sentido, sin arcén y que pasa, además, por delante de un instituto, una iglesia y un asilo. De hecho, el acceso está cortado por peligroso y los vecinos de la calle piden que se quede así. 'Si se abre no vamos a poder ni dejar que los niños saquen la basura', se quejan. El alcalde, Juan Granados (PSOE), ordenará abrirlo la semana que viene 'de forma provisional'. Esta situación durará, al menos, seis meses.

Actualmente los coches que quieren ir de Coslada a la M-45 y viceversa se topan con que la incorporación está cortada. La razón es sencilla: el Ayuntamiento considera que la calle que recibirá el tráfico, la de Manuel Azaña, no está aún lista para soportar el aluvión de coches que se prevé.

En un principio, el enlace que iba a servir de conexión era la futura prolongación de la calle del Esparragal. Pero las obras para construirla empezaron el lunes pasado. Así que el único desvío posible es ahora la calle de Manuel Azaña, mal asfaltada y con sólo un carril en cada sentido. Por ella, según los vecinos, no han pasado nunca más de 100 coches al día.

La semana que viene, cuando se abra definitivamente el desvío, soportará varios miles de vehículos. En sus 500 metros de largo, además del instituto, del asilo y de la iglesia, hay también un centro cívico, y tres centros comerciales. Además, pronto se abrirá una guardería.

Los vecinos de esta zona se reunieron ayer con el alcalde de Coslada, Juan Granados, para solicitarle que no abriera el acceso y que esperara a que las obras del desvío del Esparragal esté terminado. Pero el regidor replica que la localidad no puede esperar 'los seis meses que durarán los trabajos'. 'El tiempo se nos ha echado encima', admite el regidor. 'Entiendo las protestas de los vecinos de la calle de Manuel Azaña, pero son más las reclamaciones de los miles de vecinos de Coslada que quieren tener un acceso a la M-45. Es mejor tener uno imperfecto y provisional que ninguno', añadió el alcalde.

Por ello, Granados ordenará 'un día de la semana que viene, aún no decidido', que se abra el acceso de la calle de Manuel Azaña. Pero antes el Ayuntamiento tiene que acondicionar la calle. 'Ahora se están pintando las líneas de los carriles, se pondrán señales para prohibir el giro a la izquierda, de manera que el tráfico no se desborde por el resto de las calles, y se instalará un paso de cebra junto al instituto. En resumen: las medidas de seguridad necesarias', señaló Granados.

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Camiones

Los que no podrán acceder a Coslada desde la M-45, o desde la M-45 a Coslada, serán los camiones. La Guardia civil, que inspeccionó ayer el acceso de la calle de Manuel Azaña, informó al alcalde de que el firme no resistiría la circulación de vehículos pesados durante muchos días. 'Así que he solicitado a la Comunidad que señalice en la M-45 la prohibición de camiones. Cuando esto esté hecho, y los arreglos de la calle acabados, se abrirá el acceso', dijo. 'No se tardará más de unos cuantos días. Así que la semana que viene, el miércoles o el viernes, estará abierto', añadió.

Los vecinos de esta calle no sólo están indignados. También muy asustados: 'No protestamos sólo por el aluvión de coches que se nos avecina enfrente mismo de nuestras casas, sino también, y principalmente, nos quejamos por motivos de seguridad. Aquí, en esta calle, que no está preparada, puede ocurrir una desgracia cuando se abra el acceso', explica Juan Martín, de la asociación de vecinos El Cerro.

Martín no cree que el acceso de la calle del Esparragal esté terminado en seis meses, tal y como ha prometido el alcalde. 'Dice que las obras empezaron el lunes, y esto es mentira, ya que el 14 de marzo salió el pliego de condiciones para hacer esta carretera. Puede que se tarde un año o más'. Martín acusa al alcalde y a la Comunidad de Madrid, responsable de la M-45, de 'completa falta de previsión'. Granados alega que hace dos años 'se puso en conocimiento de la Comunidad el problema, pero ésta no hizo nada'. 'Después', prosigue, 'el Ayuntamiento decidió acometer la obra del acceso del Esparragal por su cuenta, cofinanciado por el Gobierno regional, pero el tiempo se ha echado encima', añade.

Luis Eduardo Cortés, vicepresidente regional y consejero de Obras Públicas, urgió el viernes al alcalde de Coslada a que abriera el acceso de la calle de Manuel Azaña. 'El desvío cortado no puede durar mucho', aseguró.

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