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Crítica:POESÍA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

De los brasiles del Brasil y su poesía

Pensar una antología supone siempre una aventura fascinante; realizarla, una osadía y un placer perversos; publicarla, un pecado para el que no cabe arrepentimiento ni propósito de enmienda. Adolfo Montejo estaba condenado a realizar esta antología, y sospecho que ya imagina otras más. Por su pasión por la poesía en general, por su particular pasión por la poesía en lengua portuguesa, por su pasión por hacer pública su emoción de lector. Y de tanta pasión tenía que surgir, como ha surgido, una obra que se propone llenar un gran vacío (la expresión, por manida, me disgusta, pero el vacío existe realmente) cubriendo de la intemperie del desconocimiento un largo e importante periodo de la poesía brasileña contemporánea.

CORRESPONDENCIA CELESTE. NUEVA POESÍA BRASILEÑA (1960-2000)

Introducción, traducción y notas de Adolfo Montejo Navas Árdora. Madrid, 2001 318 páginas. 17,43 euros

Y del personaje, al libro que me ha permitido su evocación y presentación. La antología de la 'nueva poesía brasileña' preparada por Adolfo Montejo se inicia con un prólogo canónicamente dividido en justificación, proposición o propósito, evocación o reconocimiento e información sobre los contenidos y sobre su (des)organización: y es que los prólogos, como las epopeyas o las tesis doctorales, tienen también su canon y sus reglas.

Recuerda el antólogo la escasa y mala fortuna que la poesía brasileña ha tenido en nuestro país, reducida su presencia a las tres antologías que entre 1948 y 1952 publicaron Oswaldo Rico, Alfonso Pintó y Renato Mendonça, y esa pobreza podría extenderse también a la prosa, durante mucho tiempo limitada a una antología de cuentos brasileños y a alguna obra mayor de Machado de Assis que las historias enrevesadas de la Historia permitieron publicar en la benemérita colección Austral. Habría de pasar más de una década para encontrarnos con la aventura mil veces venturosa de la Revista de Cultura Brasileña, durante mucho tiempo dirigida por Ángel Crespo y Pilar Gómez Bedate y de la que se derivarían después algunas traducciones históricas de Crespo como el Gran Sertón Veredas de Guimarães Rosa o la bien poblada y mejor escogida Antología de la poesía brasileña, editada por Seix Barral en 1973. Esta antología, que abarcaba desde los poetas de la época romántica hasta la denominada 'generación del 45', es recordada y homenajeada por Adolfo Montejo -cosa admirable de ver en los tiempos que corren- y le sirve al mismo tiempo de referencia y punto de partida -recoger el testigo, lo llama él- para su particular recorrido desde los años sesenta hasta las postrimerías del recién pasado siglo.

Entre las dos antologías, la

de Crespo y ésta de Adolfo Montejo, queda, en palabras de este último, 'un pequeño hiato, pero con suficiente identidad propia, como es la poesía concreta, neoconcreta y poesía-praxis', a lo que habría que añadir, como se nos dice en nota a pie de página, otras experiencias poéticas particulares como las de Afonso Ávila, Ferreira Gullar o Mario Faustino.

Si la poesía brasileña, hasta esos años sesenta de los que arranca esta Correspondencia Celeste, se había podido ir acomodando con mayor o menor dificultad y rigor dentro de los límites de los tres territorios canónicos comúnmente aceptados por la crítica -modernismo, cabralismo y concretismo- ya entonces y desde entonces hasta ahora las cosas no serían tan fáciles y, coincidiendo con lo que sucedía en el resto de la poesía occidental, la desaparición de los ismos dio lugar a una dispersión y proliferación de poéticas individuales que sólo desde la mirada exterior del crítico, el historiador, el profesor o el antólogo pueden a veces dar la apariencia de agrupación o comunidad merced a la conveniente selección de ciertos rasgos temáticos o formales más o menos próximos.

Desprestigiada la vía de periodización y organización de la reciente historia del arte y la literatura a partir de criterios generacionales, y enterrados ya los ismos o movimientos (algunos, sospecho, prematuramente enterrados vivos y susceptibles de resurrección), parece haberse instalado en los territorios aludidos el uso de las décadas cronológicas como elemento diferenciador. Adolfo Montejo recurre a este procedimiento ordenador, siempre poco agradecido no sólo por las limitaciones de los procedimientos tradicionales que incorpora, sino por añadir a esas limitaciones las que se derivan de la propia dispersión transvanguardista o, en términos del propio Adolfo Navas, de la progresiva desterritorialización de la poesía a lo largo de las últimas décadas. Un proceso que se agudizaría en las décadas de los ochenta y los noventa, a las que se refiere el antólogo en estos términos: 'Durante los años ochenta -década de resituación y puente lírico e incluso de normalización del circuito de poesía desde un punto de vista editorial, con incorporación de autores alternativos al mercado- y los de la década de 1990 -años de múltiples apariciones poéticas- no cabe uniformidad estilística alguna, como es común en otras artes de este periodo, pero sí identificar algunos rasgos afines: recuperación del valor propiamente literario de la poesía, después de flirteos con otros lenguajes mixtos (sea el mayor ejemplo la música) y la aludida normalización cultural de las vanguardias del medio siglo. Adolfo Montejo es perfectamente consciente de las ausencias que, como en toda antología, pueden notarse en ésta. Pero es también honrado, muestra sus cartas y explica los criterios de su selección. En unos casos, se trata de ausencias objetivamente explicables por razones cronológicas; en otros, en virtud de una opción deliberada del antólogo, como sucede con los autores adscritos a una tradición de poéticas 'neodiscursivas o clásicas'; en algunos más, por razones evidentes de espacio. El antólogo, conjugando la osadía con aquella encomiable honradez a que antes me refería, reconoce y explica y nombra también esas ausencias, añadiendo incluso otras que debidamente anota y subraya: ciertos poetas de trayectoria particular y de difícil adscripción a grupos o tendencias, los herederos de algunas vanguardias de las décadas anteriores (entiéndase aquí el término vanguardia con un significado sólo parcialmente coincidente con el que en Europa suele adjudicársele), representantes de lo que se denomina 'poesía del cuerpo', o algunas voces más de mujer que pudieran dar una más cabal imagen de la progresiva incorporación femenina a la poesía brasileña.

La antología respeta en su

conjunto los tradicionales centros de producción y de divulgación de la poesía brasileña, con representación mayoritaria de poetas mineiros, bahianos, paulistas y cariocas. Brasil, como cualquier otro país, tiene y mantiene sus 'aduanas' culturales, y, además, es un inmenso continente con sus centros y sus regiones periféricas y hasta sus islas interiores. Inabarcable en su conjunto, irreductible a la fragmentación cósmica que, por ejemplo, toda antología representa, torrencial y caótico, pluralmente diverso, Brasil nos seguirá ocultando siempre muchos de sus brasiles, y seguirá tentando siempre la pasión del viajero (tanto del que se sirve de sus propios pies como del que utiliza las muletas de otros viajeros que en el libro se nos ofrecen) y provocando la tentación de la explicación selectiva y cordial.

De la pasión personal y del país y de las múltiples maneras de ver, vivir y decir ese país a través de la poesía, y también de las limitaciones que todo ello implica, es hija esta magnífica antología de Adolfo Montejo (o Adolfo Navas) que hoy pocos como él podrían y sabrían organizar, porque en él se conjugan valores que son condición esencial para un trabajo como éste: la propia condición de poeta, el entusiasmo, el trabajo, la información y el conocimiento de las dos lenguas en contacto y de las culturas que las alimentaron y de las que se alimentan. Correspondencia Celeste debe ser saludada como una aportación fundamental al conocimiento y divulgación de la más reciente poesía brasileña y como un regalo para aquellos que entienden la poesía no sólo como un modo particular de ver y de decir, sino como una manera de ser y de estar en, con y contra la realidad.

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