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Calzada destituye a dos altos cargos de la CNMV afectados por el 'caso Gescartera'

Los ceses afectan a Botella, encargado de supervisión, y a Basallote, quien inscribió la agencia

El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Blas Calzada, ha comenzado la reestructuración del organismo supervisor, deteriorado por el caso Gescartera. Hoy dará la carta de despido a Juan Carlos Basallote Ureba, director general de entidades, encargado de la inscripción de Gescartera como agencia de valores, y también destituirá a Antonio Botella como director general de supervisión que, no obstante, seguirá de momento en una subdirección. Los planes de Calzada se encaminan a reducir el número de direcciones con fusiones y la creación de directores de áreas.

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Dos directores generales serán los primeros en caer dentro del plan de remodelación de la CNMV que ha diseñado su presidente, Blas Calzada, según fuentes cercanas a la Comisión. Se trata de devolver el prestigio y la confianza del organismo supervisor de los mercados y de sus intervenientes que habían salido seriamente afectados con la estafa de unos 18.000 millones de pesetas de la agencia de valores Gescartera a más de 2.000 clientes.

Juan Carlos Basallote Ureba, director general de Entidades, recibirá hoy su cese formal del organismo supervisor. Accedió al cargo con la llegada de Pilar Valiente y el caso Gescartera le salpicó de lleno al encargarse de la inscripción de la sociedad de carteras como agencia de valores sin cumplir los requisitos que él mismo había exigido para recibir este espaldarazo de la CNMV. Un comportamiento que, una vez salió a la luz, el organismo supervisor sólo supo explicar como un error de celo del propio Basallote. Este director es primo del anterior secretario del consejo y director del servicio jurídico, Antonio Alonso Ureba, en la actualidad secretario del consejo de Telefónica.

La otra destitución, aunque sin salida de la CNMV, corresponde a Antonio Botella, actual director general de Supervisión, que tomó las riendas del caso Gescartera, después de que el consejo relevase de esta misión al antiguo director general de Supervisión, David Vives y a su equipo, partidarios de la intervención de Gescartera ante las dificultades que su máximo responsable, Antonio Camacho, ponía a la inspección.

Botella dio por buenos cheques de La Caixa falseados por Camacho que permitieron continuar con esta estafa. Según las fuentes consultadas, Botella pasará a ocupar una subdirección dentro del nuevo organigrama que prepara Calzada.Los directores de la CNMV se rigen por contratos de alta dirección, que se basan en la relación de confianza con el presidente. Por tanto, quedan fuera del régimen laboral ordinario.

Desde su nombramiento el pasado mes de octubre, el nuevo presidente de la CNMV se ha mostrado muy cauto, a la espera de que finalizasen, en primer lugar, las investigaciones parlamentarias sobre el caso y, también, para conocer la situación real de unos trabajadores desmotivados por el escándalo Gescartera.

La próxima semana, tras la aprobación del Consejo, se conocerá ya la profunda reestructuración que busca reducir drásticamente el número de direcciones generales. Actualmente, tras la fusión de la dirección de Estudios con la de Comunicación, cuya responsables es Nieves García, son 10 las direcciones y, probablemente, se reduzcan a cuatro. Hasta hoy, sólo se ha nombrado a José María Garrido, nuevo secretario del consejo y director del Servicio Jurídico, que sustituyó a Sol Bourgon que continúa trabajando en ese departamento.

Se va a ir hacia una estructura más piramidal con pocos directores generales que despachen con el Consejo los asuntos, frente al actual organigrama. Con esta medida se busca concentrar y simplificar las relaciones entre el Consejo y las distintas áreas de actividad. Eso sí, está prevista la creación de direcciones de área, así como de la creación de subdirecciones de las mismas.

Blas Calzada tiene pendiente el nombramiento de un consejero, después de la marcha de José Manuel Barberán cuando en octubre de 2000 fue nombrada la anterior presidenta, Pilar Valiente.

ANTONIO BOTELLA: Un director cuestionado desde su nombramiento

Cuando se marchó Jesús Ybarra de la Dirección de Inspección General, Antonio Botella era uno de los técnicos más destacados del departamento. Desde esa posición y gracias, cuentan fuentes cercanas a la CNMV, a su buena relación con Antonio Alonso Ureba, pasó a la Dirección General de Supervisión, en la que fue hasta entonces su director, David Vives, partidario de intervenir Gescartera. Esta dirección se encarga de supervisar, inspeccionar e intervenir las entidades registradas.

A Antonio Botella, del que Antonio Camacho dijo tener buena amistad en su primera declaración ante la juez Teresa Palacios, se le coló un cheque falso de 4.000 millones de pesetas que justificaba las inversiones de Gescartera y que permitió a la entonces sociedad de cartera continuar con su piramidal estafa.

Ahora bien, su nombramiento como director general de supervisión por parte de Pilar Valiente no fue bien vista por el conjunto del consejo, ya que carecía de experiencia en la supervisión prudencial.

En las actas del consejo en el que se le nombró a Antonio Botella consta la oposición del entonces consejero José Manuel Barberán, argumentando la falta de conociemientos. Sin embargo, la defensa numantina que hizo de él Pilar Valiente fue decisiva.

JUAN CARLOS BASALLOTE UREBA: El pariente que hizo el juego a Gescartera

El nombramiento de Juan Carlos Basallote Ureba al frente de la Dirección General de Entidades en la CNMV provocó malestar dentro de la propia casa. Proveniente del Puerto de Santa María (Cádiz), su mentora en el cargo, la ex presidenta de la CNMV Pilar Valiente, valoró su experiencia en el departamento de marketing de la firma de bebidas espirituosas Luis Caballero.

Su departamento controla la creación y seguimiento institucional de empresas de servicios de inversión, instituciones de inversión colectiva y entidades de capital riesgo. Basallote Ureba, primo del ex secretario del Consejo de la CNMV Antonio Alonso Ureba y del abogado mercantilista de Gescartera Alberto Alonso Ureba, fue responsable de la inscripción de la gestora de carteras como agencia de valores.

Una inscripción rocambolesca, ya que instaba en una misiva al cumplimiento de una serie de requisitos imprescindibles para su transformación y daba un mes para su cumplimiento. Basallote rectificó al poco tiempo con los hechos su requerimiento, y, sin cumplir ni una sola de las exigencias, daba el visto bueno a la agencia de valores Gescartera sólo 12 días después. En esta relación epistolar se apreció familiaridad con el máximo responsable de la estafa de Gescartera, Antonio Camacho, al que calificaba de estimado y despedía con abrazos.

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