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Tribuna:LA NO VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES
Tribuna
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Actuar desde el Gobierno por una Cataluña libre de malos tratos

En Cataluña, unas 110.000 mujeres sufren habitualmente malos tratos. La jornada de ayer quiso dar un toque de atención.

La violencia de sexo es una de las más graves manifestaciones de las relaciones de desigualdad entre hombres y mujeres y uno de los principales problemas con los que nos enfrentamos. Esto significa que la violencia de sexo es un fenómeno social y político que se hace patente sobre todo en el ámbito familiar y en las relaciones de pareja, pero también en la vida social y en el entorno laboral. Las asociaciones de mujeres han sido pioneras a la hora de abordar esta cuestión, yendo más allá de una relación asistencial con las mujeres maltratadas, poniendo en la práctica las ideas y las propuestas reivindicadas, organizando atención, reinserción, concienciación social, grupos de autoayuda y otras iniciativas.

La violencia de sexo está presente en todas las sociedades, en todas las clases sociales y grupos de edad. Queremos recordar especialmente la grave situación de las mujeres afganas, que están reclamando, estos días, tener voz en el proceso de resolución del conflicto existente en su país. Consideramos fundamental que desde los organismos internacionales se vele para que las mujeres consigan acogerse a los derechos humanos fundamentales.

Los gobiernos locales han sido impulsores de multitud de proyectos interdisciplinarios, se han puesto en marcha protocolos contra la violencia, y servicios de atención, con escasos recursos y basados, fundamentalmente, en la atención a las mujeres agredidas. Estas iniciativas han propiciado, paralelamente, un aumento de la visibilidad social del problema de la violencia contra las mujeres: en Cataluña se estima que hay más de 110.000 mujeres que sufren maltrato de forma habitual. Cualquier fenómeno que origine tantas víctimas, que llegan a ser 60 casos mortales por año en toda España, ha de ser tratado como un problema político de primer orden: ¿o es que estas 110.000 mujeres no son suficientes para actuar políticamente? Parece ser que no es así para el Gobierno de CiU, que continúa con el desgobierno y la no-actuación.

Bajo una apariencia de compromiso, basado sobre todo en pusilánimes acciones publicitarias, el Gobierno continúa sin cumplir los acuerdos del Parlament de Catalunya, como la moción aprobada en abril de 2000 por todos los grupos, en la que se instaba al Gobierno a realizar diversas actuaciones, entre las cuales están:

-Desarrollar el protocolo interdepartamental de atención a la mujer maltratada (que fue elaborado en 1998).

-Crear, progresivamente, más plazas en las casas de acogida y los pisos puente.

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-Potenciar la colaboración con los entes locales.

-Extender puntos de información.

-Crear un servicio telefónico de urgencias durante las 24 horas.

-Elaborar estadísticas propias de Cataluña, en los ámbitos comarcal y local.

-Promover la elaboración y la presentación, en el plazo de un año, de un plan integral de prevención, atención y erradicación de la violencia de género.

Pedimos el cumplimiento de estos compromisos mientras la Comisión Interdisciplinaria contra la violencia doméstica no acabe la elaboración del próximo plan, que esperamos que pronto salga a la luz y que sea algo más que papel mojado. Pedimos actuaciones firmes, que se cumplan los mandatos del Parlament y no continuar con anuncios publicitarios en los medios de comunicación que no responden ni a los compromisos ni a las necesidades reales. La demanda unánime de un servicio de atención telefónica gratuito las 24 horas, a la que se comprometió el conseller en cap, Artur Mas, en el Parlament (un año y dos meses más tarde de la moción), no ha tenido una respuesta correspondiente al compromiso que se adoptó. Se publicitó el 012, teléfono no gratuito, al que cuando las mujeres llaman se les da como respuesta otro teléfono al que dirigirse. Por tanto, no se trata de un teléfono de atención por parte de profesionales especializadas en aconsejar, orientar y coordinar una atención.

Hemos de ir más allá de garantizar la atención y la rehabilitación, con los recursos necesarios, a las mujeres que sufren maltrato: queremos una sociedad libre de violencia. El primer paso ha de ser conseguir la tolerancia cero hacia el maltrato de todo tipo, tanto el físico como el psicológico. Es muy importante que los entes públicos actúen para que el conjunto de la sociedad (y también las mujeres que son víctimas) reconozca qué es y cómo actúa la violencia, inicialmente siempre violencia psicológica: que se rechace tanto el hecho de dar una bofetada como las situaciones en las que oímos, dentro de la pareja, que él le dice a ella: '¡Calla!, no sabes de qué hablas' o 'lo haces todo mal'. Este es el necesario primer paso para conseguir un cambio de valores que implique relaciones de igualdad y de respeto.

Para conseguir todos estos retos es necesaria una actuación desde los gobiernos, un proyecto integral que incluya desde la atención a las víctimas hasta medidas legales, sanitarias, educativas y de cambio de valores, medidas de tipo interdisciplinario, y todo esto desde todos los ámbitos de actuación: medidas dirigidas a intervenir en la desaparición de la desigualdad. Es necesario dotar de más recursos económicos a las asociaciones y colectivos de mujeres que luchan para la erradicación de este tipo de violencia. Este proyecto integral no puede recoger sólo actuaciones de las instituciones, pero sí son los gobiernos los que han de impulsar y coordinar estos planes. La actual redacción del plan contra la violencia hacia las mujeres debería abordar todas estas cuestiones.

Estos retos se han de abordar con decisión, con confianza en los proyectos, creyendo en la sociedad y en su capacidad de transformación pero, sobre todo, deben afrontarse ya.

Con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, celebrado ayer, reclamamos actuaciones políticas claras y urgentes por parte del Gobierno de la Generalitat, porque no nos resignamos, porque creemos en los cambios sociales que pueden acabar con la violencia contra las mujeres y que nos ayudarán a todas y a todos a vivir en una sociedad más igualitaria.

.La violencia de sexo es una de las más graves manifestaciones de las relaciones de desigualdad entre hombres y mujeres y uno de los principales problemas con los que nos enfrentamos. Esto significa que la violencia de sexo es un fenómeno social y político que se hace patente sobre todo en el ámbito familiar y en las relaciones de pareja, pero también en la vida social y en el entorno laboral. Las asociaciones de mujeres han sido pioneras a la hora de abordar esta cuestión, yendo más allá de una relación asistencial con las mujeres maltratadas, poniendo en la práctica las ideas y las propuestas reivindicadas, organizando atención, reinserción, concienciación social, grupos de autoayuda y otras iniciativas.

La violencia de sexo está presente en todas las sociedades, en todas las clases sociales y grupos de edad. Queremos recordar especialmente la grave situación de las mujeres afganas, que están reclamando, estos días, tener voz en el proceso de resolución del conflicto existente en su país. Consideramos fundamental que desde los organismos internacionales se vele para que las mujeres consigan acogerse a los derechos humanos fundamentales.

Los gobiernos locales han sido impulsores de multitud de proyectos interdisciplinarios, se han puesto en marcha protocolos contra la violencia, y servicios de atención, con escasos recursos y basados, fundamentalmente, en la atención a las mujeres agredidas. Estas iniciativas han propiciado, paralelamente, un aumento de la visibilidad social del problema de la violencia contra las mujeres: en Cataluña se estima que hay más de 110.000 mujeres que sufren maltrato de forma habitual. Cualquier fenómeno que origine tantas víctimas, que llegan a ser 60 casos mortales por año en toda España, ha de ser tratado como un problema político de primer orden: ¿o es que estas 110.000 mujeres no son suficientes para actuar políticamente? Parece ser que no es así para el Gobierno de CiU, que continúa con el desgobierno y la no-actuación.

Bajo una apariencia de compromiso, basado sobre todo en pusilánimes acciones publicitarias, el Gobierno continúa sin cumplir los acuerdos del Parlament de Catalunya, como la moción aprobada en abril de 2000 por todos los grupos, en la que se instaba al Gobierno a realizar diversas actuaciones, entre las cuales están:

-Desarrollar el protocolo interdepartamental de atención a la mujer maltratada (que fue elaborado en 1998).

-Crear, progresivamente, más plazas en las casas de acogida y los pisos puente.

-Potenciar la colaboración con los entes locales.

-Extender puntos de información.

-Crear un servicio telefónico de urgencias durante las 24 horas.

-Elaborar estadísticas propias de Cataluña, en los ámbitos comarcal y local.

-Promover la elaboración y la presentación, en el plazo de un año, de un plan integral de prevención, atención y erradicación de la violencia de género.

Pedimos el cumplimiento de estos compromisos mientras la Comisión Interdisciplinaria contra la violencia doméstica no acabe la elaboración del próximo plan, que esperamos que pronto salga a la luz y que sea algo más que papel mojado. Pedimos actuaciones firmes, que se cumplan los mandatos del Parlament y no continuar con anuncios publicitarios en los medios de comunicación que no responden ni a los compromisos ni a las necesidades reales. La demanda unánime de un servicio de atención telefónica gratuito las 24 horas, a la que se comprometió el conseller en cap, Artur Mas, en el Parlament (un año y dos meses más tarde de la moción), no ha tenido una respuesta correspondiente al compromiso que se adoptó. Se publicitó el 012, teléfono no gratuito, al que cuando las mujeres llaman se les da como respuesta otro teléfono al que dirigirse. Por tanto, no se trata de un teléfono de atención por parte de profesionales especializadas en aconsejar, orientar y coordinar una atención.

Hemos de ir más allá de garantizar la atención y la rehabilitación, con los recursos necesarios, a las mujeres que sufren maltrato: queremos una sociedad libre de violencia. El primer paso ha de ser conseguir la tolerancia cero hacia el maltrato de todo tipo, tanto el físico como el psicológico. Es muy importante que los entes públicos actúen para que el conjunto de la sociedad (y también las mujeres que son víctimas) reconozca qué es y cómo actúa la violencia, inicialmente siempre violencia psicológica: que se rechace tanto el hecho de dar una bofetada como las situaciones en las que oímos, dentro de la pareja, que él le dice a ella: '¡Calla!, no sabes de qué hablas' o 'lo haces todo mal'. Este es el necesario primer paso para conseguir un cambio de valores que implique relaciones de igualdad y de respeto.

Para conseguir todos estos retos es necesaria una actuación desde los gobiernos, un proyecto integral que incluya desde la atención a las víctimas hasta medidas legales, sanitarias, educativas y de cambio de valores, medidas de tipo interdisciplinario, y todo esto desde todos los ámbitos de actuación: medidas dirigidas a intervenir en la desaparición de la desigualdad. Es necesario dotar de más recursos económicos a las asociaciones y colectivos de mujeres que luchan para la erradicación de este tipo de violencia. Este proyecto integral no puede recoger sólo actuaciones de las instituciones, pero sí son los gobiernos los que han de impulsar y coordinar estos planes. La actual redacción del plan contra la violencia hacia las mujeres debería abordar todas estas cuestiones.

Estos retos se han de abordar con decisión, con confianza en los proyectos, creyendo en la sociedad y en su capacidad de transformación pero, sobre todo, deben afrontarse ya.

Con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, celebrado ayer, reclamamos actuaciones políticas claras y urgentes por parte del Gobierno de la Generalitat, porque no nos resignamos, porque creemos en los cambios sociales que pueden acabar con la violencia contra las mujeres y que nos ayudarán a todas y a todos a vivir en una sociedad más igualitaria.

Lourdes Muñoz es secretaria de la Mujer del PSC; Pilar Dellunde es secretaria de la Mujer de ERC; Maria de la Fuente es coordinadora de la Mujer de IC-V

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