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Las centrales atómicas de Ascó y Vandellòs II construirán sendos simuladores de sus salas de control

Las nucleares de Ascó y Vandellòs II han optado por ubicar los dos simuladores de las salas de control de los dos complejos atómicos en el polígono de Les Tàpies de L'Hospitalet de l'Infant (Baix Camp). Los simuladores, uno para cada central y de última generación, tienen un coste de 1.100 millones de pesetas, estarán gestionados por Tecnatom (empresa formada por las eléctricas) y se prevé que entren en funcionamiento en 2003.

Los simuladores suplirán al que ahora utilizan para su formación los operadores de las nucleares, que reproduce una central genérica de agua a presión y que se encuentra en Madrid.

La ubicación escogida, según el director de la Asociación Nuclear Ascó-Vandellòs, Juan José Pérez Torrent, obedece a la voluntad de aproximar la prestación de servicios a la zona en la que se hallan los complejos atómicos. Tecnatom, que se dedica no sólo a la formación, sino también al análisis, mantenimiento o inspección, podría también ofrecer sus servicios a las empresas de la petroquímica de Tarragona.

Durante la construcción de los simuladores, que se iniciará próximamente, se emplearán un centenar de personas, mientras que en el periodo de operatividad se calcula que darán ocupación a cuatro o cinco monitores.

Los responsables de las nucleares informaron asimismo del sometimiento voluntario de Vandellòs II a una revisión del funcionamiento (denominada Peer Review) por parte de un equipo del World Association of Nuclear Operators, organización que aglutina a los explotadores de las nucleares creada tras el accidente de Chernobyl para intercambiar experiencias. Un equipo de 18 personas de diferentes centros atómicos del mundo se trasladará la próxima semana a Vandellòs II y realizarán inspecciones en nueve áreas de la central. Tienen libertad para entrar y salir a cualquier hora, pueden entrevistar a cualquiera de los trabajadores para identificar las buenas prácticas de la planta, así como las áreas factibles en las que implantar mejoras.

El informe final del Peer Review es confidencial y 18 meses después de su comunicación a la nuclear, el jefe del equipo comprueba la implantación de las correcciones sugeridas, pese a que el informe no es vinculante.

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