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Entrevista:FRANCESC BAYARRI | NOVELISTA

'Soy un escritor virgen que en su vida ha escrito un poema'

Se muestra pudoroso cuando se ve asociado a la palabra 'escritor' y reticente al hablar de cualquier antecedente inédito de L'avió del migdia, novela primeriza de Francesc Bayarri (Almàssera, 1961) que ha merecido el Premi València de narrativa 2001. 'Lo que sí puedo asegurar es que jamás he escrito un poema', subraya para cerrar el asunto. Se resiste también a trascender la novela premiada: 'Aunque haya escrito una obra de ficción, tengo una gran prevención a teorizar sobre la literatura, de igual forma que me cuesta teorizar sobre la comunicación a pesar de que todo lo que he hecho hasta la fecha es ejercer el oficio de periodista'.

Pregunta. ¿Su experiencia en la escritura periodística le ha supuesto ventajas o inconvenientes a la hora de escribir una primera novela?

'Mis autores de referencia coinciden en su republicanismo y en su amor por Valencia'

Respuesta. Me ha ayudado muchísimo. De hecho, creo que el estilo es netamente periodístico. Lo que cuento en la novela son cosas que pasan y ese es el trabajo habitual del periodista.

P. Con la ventaja de que la literatura le permite evitar que la realidad le estropee una buena historia. ¿O no?.

R. La ficción lo que te permite es una libertad de la que nunca antes habías disfrutado escribiendo. Libertad para cambiar los hechos, libertad para vivir una época que no has vivido, libertad para contar lo que piensa un personaje aunque esté diciendo lo contrario. Puedes contar lo que piensa una mujer o un anciano aunque no seas ni una ni otro. Para un periodista, todo eso es una auténtica subversión. También conviene recordar que los periodistas nunca hacemos diálogos, en todo caso entrevistas donde sólo uno de los interlocutores es protagonista. Ahí notas que para un periodista el diálogo es lo más duro.

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P. ¿Ha sido una novela de larga maduración?

R. No mucho. Pero lo que sí me rondaba por la cabeza desde hace tiempo eran las ganas de vivir una generación que no es la mía, la que está a caballo entre la dictadura y la democracia. Yo tenía 14 años cuando murió Franco y no entendía nada de lo que pasaba. No sabía muy bien por qué había gente que descorchaba botellas de champagne para celebrarlo y me he permitido hacer lo mismo a posteriori.

P. El jurado que le otorgó el premio de la Diputación de Valencia se refería a la obra como 'una crónica de la transición'. ¿Qué le fascina de esa época que para usted fue la de la pubertad?

R. Me interesa mucho porque es un momento histórico muy rico, en el que se concentran también muchas historias personales que entonces no podía ni imaginar y que aún ahora me parecen casi increíbles. Yo he hecho una aproximación más bien divertida a esta gente, más que una profundización psicológica de los personajes.

P. ¿Ha contado con personajes reales?

R. Siempre habrá quien identifique a algún personaje como real, pero es una ficción. Lo que sí hay es un un homenaje a la imprenta, porque mi padre fue impresor y a mí todavía me fascina ese mundo.

P. ¿Cuáles han sido sus referentes a la hora de zambullirse en la narrativa?

R. Yo quería hacer una novela valenciana y en valenciano. Eso significa ver cuál es la tradición valenciana en narrativa para situarme en esa corriente, no muy caudalosa, y no sé en qué medida lo he conseguido. En este sentido, como referentes, citaría cinco o seis novelas escritas en valenciano a partir de la democracia y algunos autores valencianos en castellano. Antes de eso, hay poco a lo cogerse: Blasco Ibáñez y Max Aub en castellano. En valenciano, antes de la República sólo encuentras a Lluís Bernat y si nos retrotraemos al siglo pasado, Constatí Llombart. Una característica común en todos estos autores es, precisamente, su vinculación a los ideales republicanos. También son todos unos enamorados de la ciudad de Valencia. Y yo bebo de todo eso.

P. ¿Para qué sirven los premios?

R. Son una plataforma, la única manera de publicar para alguien que, como yo, es un escritor virgen. Por lo demás, me considero muy afortunado de que un jurado como el que decidió los Premis València se haya fijado en mi novela y de que, además, eso me permita publicarla.

P. ¿L'avió del migdia es un puro divertimento o el inicio de una carrera como novelista?

R. Creo que es divertida, pero no un divertimento. Soy un periodista que que quería probar a hacer una novela a la que he dedicado más de un año de trabajo y la verdad es que estoy un poco agotado.

P. ¿Qué piensa hacer con los dos millones del premio?

R. Mis hijas, Laura y Ana, han constituido el comité financiero al respecto que incluye un plan de viajes. Así que ellas decidirán.

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