Los 'narcos' que pugnan por el 'cuarto nivel' en la red, tras los crímenes

'Esto es sólo el principio. Ya nos podemos preparar... En el futuro vamos a tener muchas cosas así'. El comisario lo dice mientras observa el reguero de sangre aún caliente que se expande por el asfalto junto a sus pies. Es el rastro visible de la balacera que acaba de poner los pelos de punta a los vecinos de la calle de Servando Batanero, en el barrio de Ascao. Y las 'cosas' que pronostica el mando policial son más muertes, más tiroteos, más ajustes de cuentas protagonizados por grupos criminales de origen colombiano que ocupan un 'cuarto nivel' en el entramado del narcotráfico.

'Aquí no hay ninguna guerra entre los grandes carteles de la cocaína', asegura un experto en la lucha antidroga. ¿Entonces qué es lo que está ocurriendo para que en los últimos dos meses haya habido tres carnicerías en Madrid? 'Lo que puede estar sucediendo es que han llegado nuevos grupos que se dedican al narcotráfico a nivel medio -los que manejan alijos de entre 10 y 20 kilos - y que saldan sus cuentas a tiro limpio', añade el policía antidroga.

¿Cuál es el detonante de esta cadena de crímenes? 'Unas veces la espoleta es una deuda no saldada; otras veces se debe a que un grupo decide vengarse de otro por haberle vendido cocaína de mala calidad; en otras ocasiones hay un grupo que decide robar la droga o el dinero a otro y no duda en asesinar a quien se le ponga por delante; y también hay veces en que un grupo decide eliminar a otro que le hace la competencia'. Pero el jefe de una unidad antidroga afirma que no tiene constancia de que en España se haya desatado 'una guerra entre las grandes redes de distribución de cocaína'. 'No, entre los grandes capos no se resuelven así los conflictos. Este tipo de asesinatos es típico de traficantes de cuarto o quinto nivel', agrega.

Tanto los policías de Estupefacientes como los de la Brigada de Policía Judicial coinciden en que esta situación 'se veía venir' desde hace dos años. Pero reconocen que las previsiones más pesimistas se han visto superadas a lo largo del presente año por la llegada masiva de delincuentes colombianos, camuflados entre los 80.000 compatriotas que han entrado por el aeropuerto de Madrid-Barajas exhibiendo únicamente un billete cerrado de vuelta a Colombia, 2.000 dólares en efectivo y un simple pasaporte. 'Como es lógico, la inmensa mayoría de esos ciudadanos no son criminales, pero entre ellos sí hay muchos que lo son... ¡y muy violentos!', resalta un comisario especializado en combatir la delincuencia organizada.

La policía considera que la entrada en España de estos delincuentes se ve facilitada por el hecho de que a los colombianos no se les exija visado, pese a que la UE acordó lo contrario hace varios meses. 'El visado sería como una criba que nos ayudaría bastante', señala un mando policial. Pero esta exigencia no se pondrá en marcha hasta que sea aprobada por el Parlamento, previsiblemente antes de fin de año, según Mariano Rajoy, ministro del Interior.

La policía asegura que más de una vez ha interceptado una conversación telefónica en la que un delincuente colombiano anima a otro a venir a España diciéndole que 'aquí no pasa nada, porque se puede burlar la ley con facilidad'. Este efecto tam-tam está funcionando y, según fuentes policiales, contribuye a la llegada masiva de hampones a Madrid.

Las bandas colombianas que operan en la región madrileña no sólo trabajan el narcotráfico, sino que también atracan joyerías y desvalijan viviendas, lo que entre otras cosas les sirve para aprovisionarse de armas. 'Creemos que muchas de las pistolas que tienen proceden de asaltos en pisos de policías, militares o particulares que tienen licencia de tiro olímpico', declara un comisario. Julio Corrochano, jefe superior de Policía, afirma que desde hace más de un año tiene en marcha un plan contra estos grupos criminales, que ahora se reforzará aún más.