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Las partes opinan que hubo agresión mutua entre el cura de Cala y la mujer

La acusación particular, en sus conclusiones definitivas, se ratificó ayer en la petición de dos años y un día de prisión contra Juan José Guillén Trujillo, que era párroco en 1997 de Cala (Huelva), por un presunto delito de agresión con resultado de lesiones del que fue víctima una vecina de la localidad, Francisca Campano Moreno.

El Ministerio Fiscal reclamó una pena de 30.000 pesetas de multa para cada uno por una falta con lesiones, dado que considera probado que se agredieron. Y Manuel Domínguez, letrado de la defensa del sacerdote, pidió la libre absolución de Juan José Guillén, pues considera que actuó en defensa propia, y reclamó una multa de 2.000 pesetas contra Francisca Campano. La vista oral se celebró ayer durante cinco horas en el Juzgado de lo Penal número tres de Huelva.

'Estaba el cura envalentonado. Le dió a mi hermana un bofetón bien fuerte', relató Rafael Campano, hermano de la víctima, que actuó como testigo. El incidente se produjo la mañana del 24 de diciembre de 1997. El sacerdote y la mujer, que apenas se conocían, se encontraron en el supermercado Spar, de Cala, y comenzaron a discutir. Las cosas, en ese momento, no pasaron de ahí. Pero luego se encontraron en la calle y, presuntamente, se agredieron mutuamente.

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