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LA GUERRA DEL SIGLO XXI

Las futuras técnicas de identificación de personas utilizarán datos biológicos

Las empresas tecnológicas dedicadas a la biometría tienen alzas espectaculares en Wall Street

Luis Gómez

El cuerpo será nuestro pasaporte. Y será infalible. Las futuras medidas de seguridad apuntan en esa dirección. El mercado tomó nota de los sucesos del 11 de septiembre y el día de la reapertura de la Bolsa de Wall Street no todo fueron malas noticias para los inversores: las empresas tecnológicas relacionadas con la seguridad vivieron una jornada de euforia, con alzas en algún caso superiores al 100%. Se trataba de empresas que ofrecen dispositivos para identificar a una persona basados en la biometría: huellas dactilares, los rasgos del iris, la retina o las facciones del rostro. Todo vale.

Esta tecnología se utiliza ya para controlar cárceles, hospitales y aeropuertos
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La seguridad. En el cielo y en la tierra. En un aeropuerto y en las ciudades. ¿Deberá convertirse Nueva York en una fortaleza? ¿Qué grado de seguridad debe admitir esta ciudad dado lo sucedido el 11 de septiembre? Algunos expertos en seguridad consultados por los diarios norteamericanos describían un panorama de misiles tierra-aire dispuestos a proteger la estatua de la Libertad, Times Square convertido en un paseo peatonal para impedir la utilización de coches bomba, perros policía recorriendo las calles siguiendo su fino olfato como parte del mobiliario urbano, puertas inteligentes en los edificios públicos, detectores en cualquier acceso. Muchos concluían que eso sería una forma de aceptar una derrota. 'Hace una semana, algunas medidas resultaban inaceptables', decía Tom Kelly, portavoz del transporte metropolitano. 'Pero ahora hay que tenerlo todo en cuenta'. Todo.

Por eso Howard Safir, antiguo comisionado de policía de Nueva York y ahora en funciones de asesor de la compañía ChoicePoint, señalaba que podría ser suficiente con 100 cámaras de vigilancia en Times Square. Cien cámaras con tecnología basada en la biometría, cámaras que permitan identificar a una persona a muchos metros de distancia, en plena calle. E identificarla significa, a través de sus datos faciales, conocer de inmediato nombre y apellidos, domicilio, ficha policial, si es el caso, y toda cuanta información pueda uno imaginarse susceptible de estar almacenada en una base de datos conectada con la policía.

La tecnología necesaria para ello está en el mercado. Por esa razón, la Bolsa fijó la vista en determinadas empresas. Se hablará mucho de la biometría durante un tiempo. La industria de la seguridad mueve unos 180 billones de pesetas al año, pero que las acciones de algunas compañías subirían de forma inmediata ya había sido anunciado por Brian Ruttenberg, vicepresidente de Morgan Keegan. 'Buena parte de los 40 millones de dólares aprobados por el Congreso para reforzar las medidas de seguridad en los aeropuertos con carácter inmediato irán a parar a esas empresas'.

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Las acciones de Indetix, una compañía con 60 empleados que tenía previsto contratar a 15 personas este año, subieron el martes un 71,4%, mientras que Visionics lo hizo un 93,2%. Visionics ha desarrollado un sistema, el FaceIt, que puede identificar individuos a distancia a través de 80 rasgos faciales, desde la distancia entre sus ojos, las curvas de sus pómulos y la anchura de su puente nasal. American Science subió un 57%. Invision Technologies superó el 50%. Byoscrypt Inc, que ha desarrollado un sistema de identificación a través de la huella dactilar, ha sido elegida por Continental Airlines, la quinta compañía aérea norteamericana, para aplicarlo entre sus 20.000 empleados.

Buena parte de las empresas que cotizan al alza están relacionadas con formas de identificación biométricas y con rastreo de objetos a partir de rayos X, capaces de detectar un cuchillo de plástico escondido en un abrigo. Buena parte de esta tecnología se utiliza ya, pero en lugares tan definidos como las cárceles y hospitales (para limitar el acceso a los historiales médicos de los pacientes) y también en aeropuertos.

Aunque algunas de estas empresas no fueron tomadas muy en consideración durante años, lo cierto es que sus ingresos se han elevado desde los 8,2 millones de dólares en 1992 a los 50 en 1998, según datos de Internacional Biometric Group. La tecnología que han desarrollado se ha vuelto más barata y más manejable. Una de las aplicaciones donde estaban obteniendo más éxito era en lo relacionado con formas de identificación a través de huellas dactilares para uso en los ordenadores, como sustitutivo de las claves de acceso. El porcentaje de empresas que ha reconocido haber sufrido accesos no autorizados en sus bases de datos se han doblado en dos años, del 12% en 1998 al 23% en 1999.

No hay que irse muy lejos para detectar aparatos que se usan para identificar personas. En algún importante aeropuerto español cada automóvil que entra en el aparcamiento es fotografiado a través de las cámaras de vigilancia, que registran el modelo de coche y su matrícula, además del rostro de los ocupantes del vehículo. Esa foto registra su hora de llegada y salida. Si el sistema estuviera conectado con una base de datos, sería inmediato identificar a cada visitante. Lo mismo sucede en los estadios de fútbol de Primera y Segunda división. Identificar a una persona a través de su huella dactilar, de la palma de la mano, de su voz, del iris, de la retina o de sus rasgos faciales es hoy posible y resultan infalibles comparados con otros sistemas tradicionales. Las aplicaciones de esta tecnología son muy variadas. William Gallard, portavoz de la IATA, la Agencia Internacional del Trasporte Aéreo, se inclina por la identificación a través del iris, por ejemplo. 'Nuestra asociación cree que sería el método más aceptable internacionalmente', dice. 'Una mujer musulmana podría ser identificada sin necesidad de que se desprendiera del velo'.

'El uso de todos estos dispositivos está ya en el mercado, como el de las microcámaras, con una óptica de un milímetro y una gran capacidad para obtener una imagen diáfana', dice Jesús Delgado, gerente de una empresa española. 'Pero su aplicación en los términos en que se está hablando requiere tiempo y una cuantiosa inversión económica y, además, poner en relación esos sistemas con una base de datos. Hay mucho por hacer, pero la Interpol ya ha hablado estos días de poner en conexión la información policial'.

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