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LA LUCHA CONTRA EL TERRORISMO

ETA tenía en Zizurkil su centro de investigación de la muerte

Pedro Gorospe

Los terroristas detenidos en el piso de Zizurkil habían convertido su vivienda en un laboratorio de la muerte. Uno de sus integrantes, que todavía no ha sido identificado por la Ertzaintza, era el encargado de preparar artilugios electrónicos de vanguardia para asesinar. El hecho de que en el piso fueran encontrados más de medio centenar de teléfonos móviles para su manipulación hace suponer a los investigadores que era además un centro de distribución de material para otros comandos.

En ese piso se fabricaban los activadores de coches bomba, bicicletas bomba y otros tipos de artefactos preparados para matar. Además, Balza dijo que 'se han encontrado algunos elementos novedosos' para fabricar bombas, que la Ertzaintza está investigando, sin llegar a precisar de qué se trata. Según fuentes policiales, el terrorista responsable de los ingenios electrónicos es el mismo que posiblemente diseñó la maceta bomba con la que ETA intentó acabar con la vida de un matrimonio de periodistas, que trabajan en EL PAIS y Antena 3, y su hijo en San Sebastián.

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Según fuentes de la Ertzaintza, la investigación contra el comando Buruntza arrancó con el robo de un coche en Segura y tomó cuerpo tras el asesinato, el 14 de julio, del subcomisario de la Ertzaintza Mikel Uribe, que fue ametrallado en Eleaburu, a escasos 2 kilómetros de Tolosa y a menos de 15 de Zizurkil.

Uno de los detenidos, Luis María Carrasco Aseguinolaza, alquiló el piso de Zizurkil, al que acudía frecuentemente con comida y otros materiales que llevaba en grandes bolsas de plástico, lo que levantó sospechas, ya que aparentemente nadie vivía allí.

Teléfonos mortales

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A partir de ese momento, la Ertzaintza siguió los movimientos de las cuatro personas que frecuentaban la vivienda y a través de las mismas completó la lista de sospechosos hasta los ocho detenidos ayer, según las mismas fuentes. Nadie explica, sin embargo, por qué era vigilado Carrasco, presunto miembro legal de ETA; es decir, no fichado.

ETA ha utilizado tres veces el teléfono móvil para activar bombas. La primera fue el 11 de noviembre del pasado año en San Sebastián. Seis guardias civiles, dos ertzainas y dos policías nacionales, la mayoría de ellos miembros de los equipos de desactivación, resultaron heridos cuando inspeccionaban el lugar en el que se produjo un atentado. Una bomba trampa colocada en las inmediaciones fue activada con un teléfono móvil.

Diez días después, ETA atentó contra el cuartel de Irún y colocó otra bomba trampa en las inmediaciones para activar por el mismo sistema, pero en esta ocasión fue neutralizada. El 9 de enero pasado, en el cementerio de Zarautz ETA falló al accionar una bomba cuando los dirigentes del PP vasco homenajeaban al concejal Ignacio Iruretagoyena, asesinado un año antes.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.
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