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Reportaje:CULTURA Y ESPECTÁCULOS

El cine español se enamora de un nuevo actor argentino, Leonardo Sbaraglia

Nos conquistó en 'Plata quemada'. Juan Carlos Fresnadillo lo fichó para 'Intacto' y Antonio Hernández, para 'La ciudad sin límites'. Y en septiembre empezará a rodar con Gerardo Vera 'Deseo', una historia de amor y de tramas nazis.

Su carta de presentación en España ya es una garantía. El argentino Leonardo Sbaraglia fue uno de los protagonistas, junto a Eduardo Noriega y el argentino Pablo Echarri, de la magnífica película Plata quemada (2000), de Marcelo Piñeyro. Una adaptación de la novela homónima del escritor argentino Ricardo Piglia, que narra la crónica negra de un hecho real que sacudió a Argentina: un espectacular y sangriento atraco ocurrido en 1965. Con esta película aterrizó Leonardo Sbaraglia, actor porteño de suaves maneras y hablar cadencioso, dotado de un talento y atractivo evidentes.

Uno de tantos que se preguntaron por el joven actor, de 31 años -desconocido hasta entonces en España, pero con una larga y sólida carrera en su país, donde es muy famoso-, fue el cineasta español Gerardo Vera, que en esos momentos tenía varios proyectos entre manos. No sabía en cuál incluirlo, pero en cuanto le vio interpretar a uno de los mellizos (el amante maldito de Noriega) pensó inmediatamente que quería trabajar con él. Además, una compatriota de Sbaraglia, Cecilia Roth, ya le había hablado de él al director de La Celestina (1996).

Y han acabado juntos en Deseo, el próximo filme del realizador madrileño, que se rodará en septiembre. Vera, un cineasta de larga y heterogénea carrera en España -hombre también de teatro y escenógrafo, nacido en 1947-, presume, con retranca, de ser quien 'ha traído a España a Sbaraglia'.

Bueno, no se le puede quitar el mérito de perseguir la presa, hasta que ésta ha decidido instalarse en Madrid y traerse a su novia pintora, pero lo cierto es que el actor acaba de rodar algunos proyectos españoles que pronto se estrenarán: Intacto, del director español novel, el canario Juan Carlos Fresnadillo (su primer largometraje en España) y La ciudad sin límites, de Antonio Hernández, con Fernando Fernán-Gómez.

El actor y el director se han reunido en Madrid para seguir hablando de su película Deseo, basada en el guión de la escritora Ángeles Caso, su primera incursión en el cine. Vera llega bastante puntual a la comida; Sbaraglia, un poco más tarde y molesto por traer los dedos manchados de tinta: viene de colocar sus huellas digitales en los documentos que le permitirán tener sus cosas legalmente ordenadas. 'La decisión de venirme a España la tomé hace tiempo', cuenta el actor, mientras juguetea con unas gafas de pasta color burdeos, 'y no está tan vinculada a tener más o menos posibilidades de trabajo. Tiene que ver más con algo personal, con crecer, con no conformarme. En Argentina ya tenía mucho trabajo'. Y tiene detrás una solvente carrera que empezó a los 16 años, estudiando teatro. 'Eso de que viniera del teatro me gustó mucho', interviene Vera, 'yo también provengo de ahí, y con los actores de teatro trabajo mucho mejor, nos adaptamos mejor'.

Gerardo Vera habla del argumento de Deseo. 'Se desarrolla en España durante la II Guerra Mundial y cuenta las tramas que se organizaron para que huyeran los nazis, que se escapaban vía Núremberg o Estrasburgo, hacia Argentina. Es un asunto que me interesa porque se ha hablado poco de él. Y contar cómo la España de Franco organizaba ese tipo de huidas'. Sbaraglia: 'En Argentina todavía viven muchos refugiados nazis'. 'Claro, y el que tú fueras argentino era un valor añadido, me encajabas muy bien en el proyecto', remata Vera.

A esta peripecia política se le añade como trasfondo una historia de amor bastante atormentada. O al revés, la historia de amor se superpone al suceso político. 'El gran reto para un director es el equilibrio entre una historia romántica con ribetes de melodrama y un fondo político cercano pero desconocido. El primer problema de la película es no hacer un thriller político, como si fuera Odessa, ni acabar en Cumbres borrascosas. Lo importante es seguir el hilo de los dos personajes centrales'.

La pareja protagonista de esta historia de amor llevada al extremo la componen Sbaraglia -en el papel de un nazi que trabaja en el servicio de inteligencia alemán- y Leonor Watling (Son de mar), que interpreta a la asistenta que le hace la casa. Un trabajo al que se ha visto empujada por las circunstancias, porque ella es hija de un médico, culto y liberal, víctima del nazismo. A ellos se les une Jordi Mollà, como marido de Leonor, y la actriz argentina Norma Aleandro (La historia oficial y Una noche con Sabrina Love, entre otras películas), que interpreta en Deseo el papel de madre de Sbaraglia.

Leonardo Sbaraglia: 'El amor que surge entre ellos es límite. Él es un personaje que por ideología es capaz de hacer las mayores barbaridades y ha sido educado para no sentir. Resulta que se enamora perdidamente de una mujer cuya procedencia ideológica es radicalmente distinta y, por tanto, ya hay una imposibilidad. En común tienen una cultura exquisita que ella ya perdió'.

Cuando deciden escaparse juntos tiene que ser a los dos días, ni uno más, decide el director. 'Frente a otras opiniones, yo pensé que en esa secuencia no podía pasar más de dos días, una semana hubiera sido mucho tiempo porque ese amor es como una droga'. Sbaraglia añade: 'Mi personaje ha perdido la humanidad y esa mujer le hace recordar que es un hombre. Es como su propia salvación'.

Tanto para el director como para el actor, esta película supone un desafío. Son historias y personajes muy distanciados de ellos. Por ejemplo, el conflicto que contaba Gerardo Vera en su última película, Segunda piel (1999) -la relación entre un hombre casado que no sabe que es gay y un homosexual-, le era más próximo, 'era casi una autobiografía'. Y Sbaraglia compone un personaje en las antípodas de lo que es él. Un hombre víctima de su época y a la vez verdugo de su situación amorosa. Eso le produce al actor 'excitación y miedo a la vez'. 'En Deseo me sigue produciendo cierto pudor entrar tan a saco en los sentimientos humanos'.

'La película', acaba Vera, 'es una reflexión sobre el alma humana cuando se encuentra un amor brutal, un amor que se produce súbitamente y que tiene fecha de caducidad. Porque, a veces, las pasiones son tan fuertes que no pueden durar'.Su carta de presentación en España ya es una garantía. El argentino Leonardo Sbaraglia fue uno de los protagonistas, junto a Eduardo Noriega y el argentino Pablo Echarri, de la magnífica película Plata quemada (2000), de Marcelo Piñeyro. Una adaptación de la novela homónima del escritor argentino Ricardo Piglia, que narra la crónica negra de un hecho real que sacudió a Argentina: un espectacular y sangriento atraco ocurrido en 1965. Con esta película aterrizó Leonardo Sbaraglia, actor porteño de suaves maneras y hablar cadencioso, dotado de un talento y atractivo evidentes.

Uno de tantos que se preguntaron por el joven actor, de 31 años -desconocido hasta entonces en España, pero con una larga y sólida carrera en su país, donde es muy famoso-, fue el cineasta español Gerardo Vera, que en esos momentos tenía varios proyectos entre manos. No sabía en cuál incluirlo, pero en cuanto le vio interpretar a uno de los mellizos (el amante maldito de Noriega) pensó inmediatamente que quería trabajar con él. Además, una compatriota de Sbaraglia, Cecilia Roth, ya le había hablado de él al director de La Celestina (1996).

Y han acabado juntos en Deseo, el próximo filme del realizador madrileño, que se rodará en septiembre. Vera, un cineasta de larga y heterogénea carrera en España -hombre también de teatro y escenógrafo, nacido en 1947-, presume, con retranca, de ser quien 'ha traído a España a Sbaraglia'.

Bueno, no se le puede quitar el mérito de perseguir la presa, hasta que ésta ha decidido instalarse en Madrid y traerse a su novia pintora, pero lo cierto es que el actor acaba de rodar algunos proyectos españoles que pronto se estrenarán: Intacto, del director español novel, el canario Juan Carlos Fresnadillo (su primer largometraje en España) y La ciudad sin límites, de Antonio Hernández, con Fernando Fernán-Gómez.

El actor y el director se han reunido en Madrid para seguir hablando de su película Deseo, basada en el guión de la escritora Ángeles Caso, su primera incursión en el cine. Vera llega bastante puntual a la comida; Sbaraglia, un poco más tarde y molesto por traer los dedos manchados de tinta: viene de colocar sus huellas digitales en los documentos que le permitirán tener sus cosas legalmente ordenadas. 'La decisión de venirme a España la tomé hace tiempo', cuenta el actor, mientras juguetea con unas gafas de pasta color burdeos, 'y no está tan vinculada a tener más o menos posibilidades de trabajo. Tiene que ver más con algo personal, con crecer, con no conformarme. En Argentina ya tenía mucho trabajo'. Y tiene detrás una solvente carrera que empezó a los 16 años, estudiando teatro. 'Eso de que viniera del teatro me gustó mucho', interviene Vera, 'yo también provengo de ahí, y con los actores de teatro trabajo mucho mejor, nos adaptamos mejor'.

Gerardo Vera habla del argumento de Deseo. 'Se desarrolla en España durante la II Guerra Mundial y cuenta las tramas que se organizaron para que huyeran los nazis, que se escapaban vía Núremberg o Estrasburgo, hacia Argentina. Es un asunto que me interesa porque se ha hablado poco de él. Y contar cómo la España de Franco organizaba ese tipo de huidas'. Sbaraglia: 'En Argentina todavía viven muchos refugiados nazis'. 'Claro, y el que tú fueras argentino era un valor añadido, me encajabas muy bien en el proyecto', remata Vera.

A esta peripecia política se le añade como trasfondo una historia de amor bastante atormentada. O al revés, la historia de amor se superpone al suceso político. 'El gran reto para un director es el equilibrio entre una historia romántica con ribetes de melodrama y un fondo político cercano pero desconocido. El primer problema de la película es no hacer un thriller político, como si fuera Odessa, ni acabar en Cumbres borrascosas. Lo importante es seguir el hilo de los dos personajes centrales'.

La pareja protagonista de esta historia de amor llevada al extremo la componen Sbaraglia -en el papel de un nazi que trabaja en el servicio de inteligencia alemán- y Leonor Watling (Son de mar), que interpreta a la asistenta que le hace la casa. Un trabajo al que se ha visto empujada por las circunstancias, porque ella es hija de un médico, culto y liberal, víctima del nazismo. A ellos se les une Jordi Mollà, como marido de Leonor, y la actriz argentina Norma Aleandro (La historia oficial y Una noche con Sabrina Love, entre otras películas), que interpreta en Deseo el papel de madre de Sbaraglia.

Leonardo Sbaraglia: 'El amor que surge entre ellos es límite. Él es un personaje que por ideología es capaz de hacer las mayores barbaridades y ha sido educado para no sentir. Resulta que se enamora perdidamente de una mujer cuya procedencia ideológica es radicalmente distinta y, por tanto, ya hay una imposibilidad. En común tienen una cultura exquisita que ella ya perdió'.

Cuando deciden escaparse juntos tiene que ser a los dos días, ni uno más, decide el director. 'Frente a otras opiniones, yo pensé que en esa secuencia no podía pasar más de dos días, una semana hubiera sido mucho tiempo porque ese amor es como una droga'. Sbaraglia añade: 'Mi personaje ha perdido la humanidad y esa mujer le hace recordar que es un hombre. Es como su propia salvación'.

Tanto para el director como para el actor, esta película supone un desafío. Son historias y personajes muy distanciados de ellos. Por ejemplo, el conflicto que contaba Gerardo Vera en su última película, Segunda piel (1999) -la relación entre un hombre casado que no sabe que es gay y un homosexual-, le era más próximo, 'era casi una autobiografía'. Y Sbaraglia compone un personaje en las antípodas de lo que es él. Un hombre víctima de su época y a la vez verdugo de su situación amorosa. Eso le produce al actor 'excitación y miedo a la vez'. 'En Deseo me sigue produciendo cierto pudor entrar tan a saco en los sentimientos humanos'.

'La película', acaba Vera, 'es una reflexión sobre el alma humana cuando se encuentra un amor brutal, un amor que se produce súbitamente y que tiene fecha de caducidad. Porque, a veces, las pasiones son tan fuertes que no pueden durar'.

Leonardo Sbaraglia.
Leonardo Sbaraglia.RICARDO GUTIÉRREZ

El placer por el riesgo y la libertad

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