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Las terrazas de verano deberán pasar un examen 'antirruido'

Antonio Jiménez Barca

Las aproximadamente 2.250 terrazas de verano que existen en la capital deberán pasar, a partir del año que viene, un examen antirruido para obtener la oportuna licencia municipal. Ésta es una de las novedades que aporta la nueva Ordenanza de Veladores, Quioscos de Hostelería y otras Instalaciones Especiales, que se aprobará hoy en el pleno municipal. El texto también permitirá que a partir del 2002 las terrazas puedan abrir durante todo el año (ahora sólo está permitido que lo hagan desde el 1 de marzo hasta el 31 de octubre). 'Para elaborar esta ordenanza', explica un técnico municipal que participó en su redacción, 'hemos consultado al Instituto Nacional de Meteorología, y nos ha confirmado que en Madrid se producen cerca de 2.800 horas de sol al año, y muchas de estas horas de sol ocurren antes del 1 de marzo y después del 31 de octubre; de ahí la ampliación del calendario'.

A juicio de estos técnicos y de Mercedes de la Merced, primera teniente de alcalde, del PP, el principal objetivo de la nueva ordenanza es 'proteger a los vecinos desde el punto de vista de las molestias que causan o pueden causar este tipo de establecimientos'. Para ello, todas las terrazas deberán aprobar un examen medioambiental en el que los técnicos municipales evaluarán los disturbios y ruidos que puedan causar. 'Hay sitios, como en la Gran Vía, por ejemplo, en el que el examen será casi automático, pues es una calle ya muy saturada de ruido por el tráfico, y una terraza no perjudica mucho más', explican los funcionarios municipales. 'En otros casos', prosiguen, 'los controles serán más exhaustivos'. Sin el correspondiente visto bueno de los técnicos especializados en medir y calibrar los ruidos, la terraza no podrá abrir, aunque cuente con el permiso de la Junta Municipal.

La oposición, en contra

Tanto Alfredo Marchand, concejal del PSOE, como Inés Sabanés, portavoz de IU en el Ayuntamiento, han manifestado ya que sus dos grupos votarán en contra de la ordenanza. Sabanés considera que es un texto que favorece exclusivamente a los empresarios. Marchand añade que el examen antiruido 'es puro humo'. Y lo explicó: 'Si las terrazas que se ubican en las grandes calles pasarán sin mayor problema el examen medioambiental, el argumento de que se protege al vecino tiene sentido: es como decir: 'como hay ya mucho ruido, pues pongamos más todavía'. 'Que yo sepa', continuó, 'en una calle desierta y recogida, por la que no pasa nadie nunca, ningún hostelero quiere poner una terraza'.

Por su parte, la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM) denunció ayer que el equipo de gobierno municipal tenga previsto aprobar la nueva ordenanza municipal sobre terrazas 'sin tener en cuenta la opinión de los principales afectados, que son los residentes de la zona'.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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