_
_
_
_
_
Crónica:TOUR 2001 | Duodécima etapa
Crónica
Texto informativo con interpretación

'Yo no soy Indurain'

Beloki mantiene un segundo de ventaja sobre Ullrich, pero se confiesa batido por el alemán

'Hay dos corredores por encima del resto: Armstrong y Ullrich. Y yo no soy Indurain'. Lo que Joseba Beloki se temía después de los dos días de los Alpes -que Armstrong era inalcanzable y que Ullrich, sobre el que tenía la ventaja de la contrarreloj por equipos, era inevitable- se confirmó ayer para el corredor vasco. Aún resiste por delante del alemán, un segundo en la general, pero está ya a más de cuatro minutos de Armstrong. 'Y para que Ullrich no me adelantara el alemán tendría que reventar. Tendría que sacarle por lo menos dos minutos y medio en los Pirineos. Y no sé', dijo Beloki, siempre con los pies en el suelo. 'Tendría que suceder una debacle para que yo gane este Tour'.

Más información
Armstrong deja el Tour visto para sentencia con una nueva exhibición

Veremos, pues, al Beloki de 2000. Al extraordinario resistente, al hombre pequeño que gracias a su tenacidad, trabajo, perseverancia y obsesión es capaz de quedar tercero en el Tour dos años consecutivos.

El hombre realista

'Tengo claro que no puedo cebarme intentando coger la rueda de Armstrong y Ullrich', añade el líder del ONCE-Eroski. 'Debo resguardarme y subir a mi ritmo. Prefiero perder 30 segundos todos los días que no tres minutos por intentar lo imposible'. Juicioso, reflexivo. El hombre realista. El hombre que no olvida, además, que aún es cuarto en la general, y que para quedar tercero deberá recuperar 13 minutos y 14 segundos a François Simon, que tanto disfruta de amarillo, y 4 minutos y 32 segundos a Andréi Kivilev, el kazajo al que todo el mundo augura una fuerte explosión -y 30 minutos de pérdidas-, pero que es capaz, como ayer, de ser tan temerario de intentar coger las ruedas imposibles de Armstrong y Ullrich. Y, como ayer, no perecer inmediatamente en el intento.

Curiosamente, el único mensaje de duda de la jornada lo lanzó el propio Armstrong. 'No sé, no sé', dijo el americano que sube como los demás bajan (o casi). 'Cada año, así ocurrió en los dos Tours anteriores, sufro problemas en la última etapa de montaña. Hace dos años en el Soulor, el año pasado en Morzine. Así que estoy nervioso viendo cómo se acerca el final. Además, Jan [Ullrich] está más fuerte que en los Alpes. No se va a conformar con ser segundo. Es un boxeador que aún está de pie y seguro que seguirá atacando'.

Armstrong también dijo que, sin embargo, no le iba nada mal la táctica actual del alemán, que sólo ataca en el último puerto. Eso, claro, ya lo sabe Ullrich. 'Está visto que debemos cambiar de táctica', dijo el jefe de filas del Telekom. 'Habrá que intentar atacar desde lejos'.

Por cierto, ¿a quién atacó ayer Ullrich? Todo el mundo creyó que iba a por Armstrong, un desafío al líder. Peter Bekker, su entrenador personal, otro más del entorno de Ullrich, tenía otra opinión. 'Evidentemente iba a por Beloki, claro', dijo el alemán que lleva a Ullrich desde que éste tenía 11 años e ingresó en la escuela deportiva de Berlín Este, cuando aún había muro.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_