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EL PACTO DE LA ACADÈMIA

Zaplana y Pla tuvieron que vencer la resistencia al pacto por parte de secesionistas y universitarios

Xavier Casp: 'Si se tiene que perder la guerra, al menos, es mejor alguna cosa'

El principio de acuerdo alcanzado en la madrugada del jueves entre Zaplana y Pla sólo dejó claro el marco que ya estaba prácticamente fijado desde el pasado lunes: tres listas de nombres a acotar -la de los diez propuestos por el PSPV, los seis del PP con la cuota secesionista y la de los cinco candidatos populares consensuados con los socialistas- sin posibilidad de introducir nuevos nombres. Cumplido este supuesto, Pla aceptaba que la subsecretaria de Educación, Ascensión Figueres -en la lista de consenso- asumiese la presidencia de la Acadèmia con Josep Palomero de vicepresidente. La propuesta de última hora de Zaplana de incluir a su consejero de Educación, Manuel Tarancón, quedó finalmente descartada cuando Pla se mostró dispuesto a aceptar su inclusión en la lista consensuada a cambio de que Figueres cayese de la lista junto con Alfred Aiza, que sería sustituido a propuesta del PSPV. La posibilidad de reabrir otra vez el marco de negociación hizo desistir al presidente de la Generalitat, que sabía del interés con el que eran seguidas las discusiones en Cataluña. Antoni Ferrando, presidente del Institut Interuniversitari de Filología Valenciana (IIFV) y presente en la negociación, mantenía informado al presidente del Parlament de CataluñaJoan Rigol de que el último escollo, entonces, era Tarancón.

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A primera hora de la mañana Zaplana respondió a una pregunta parlamentaria del Grupo Popular en las Cortes y afirmó en el hemiciclo que había un principio de acuerdo. En los pasillos indicó que se concretaría por la tarde. En la sede del PSPV una hora más tarde, Pla repetía una cantinela semejante, pero las espadas de populares y socialistas, sostenidas por la desconfianza, estaban en alto.

Tensión en los polos

Con los cinco nombres del PP consensuados con el PSPV -Figueres, Orts, Gil Albors, Aiza y González Felip- llegaba el turno de arreglar las listas propias y con él las averías internas.

En la Universidad de Valencia, Ferrando y los miembros del IIFV se reunían pasado el mediodía. Antoni Ferrando, presente en el principio de acuerdo, debía hacer valer el mismo y explicar que los socialistas estaban dispuestos a proponer a nueve de los diez miembros que el Institut Interuniversitari de Filología había postulado desde hacía más de un año. Había que hacer un descarte en la lista para dejar puesto a Palomero en la propuesta del PSPV y además llegaban a la reunión las primeras críticas y prevenciones de colectivos del mundo de la enseñanza y el valencianismo respecto a la composición de la Acadèmia y la designación de Figueres como presidenta de la Acadèmia.

'Ferrando en vez de defender el acuerdo ha abierto un proceso asambleario y se ha desentendido diciendo que cada uno haga lo que considere para no enfrentarse a nadie y cuidarse la figura', indicó un alto cargo socialista. A las 17 horas, la dirección del PSPV, ante las reticencias del IIFV, iniciaba sus propias consultas y a las 18,30 contaba con una lista propia en la que había miembros propuestos por el Institut Interuniversitari y otros candidatos nuevos que finalmente se concretarían en la entrada de Ros, Cantó y Doménech Zornoza. A las 19 horas, Antoni Ferrando intentaba recomponer el acuerdo inicial de nuevo candidatos más Palomero, pero era tarde y el secretario general del PSPV salía hacia Presidencia de la Generalitat con una lista de 14 que reduciría a 10 antes de entrar por la puerta.

Si las presiones y las indecisiones en la lista de candidatos propuesta por el PSPV subían la tensión, en el Partido Popular no se quedaban atrás. El problema de Eduardo Zaplana estaba en la lista con la cuota de secesionistas. El presidente del Consell llamó por la mañana a Xavier Casp y le explicó el principio de acuerdo. El poeta y representante de la Academia de Cultura Valenciana se mostró reticente y reiteró que siempre había estado en contra de la Acadèmia Valenciana de la Llengua. Los grupos secesionistas seguían presionando y ofreciendo resistencia al acuerdo alcanzado entre Zaplana y Pla.

Los populares tenían que aplicarse en la faena. Algunas voces cualificadas del PP amenazaron con no incluir ninguna cuota secesionista y cerrar el grifo a las cuantiosas subvenciones que han recibido en estos años los colectivos secesionistas. A primera hora de la tarde, el presidente de la Diputación de Valencia, Fernando Giner, de quien depende la Academia de Cultura Valenciana; y la subsecretaria de Educación, Ascensión Figueres, convocaban una reunión en la plaza de Manises.

Casp, un hombre clave en el movimiento secesionista, asumió lo inevitable poco antes de la presentación del acuerdo formal por parte de Zaplana y Pla. 'Si se tiene que perder la guerra [lingüística], al menos es mejor ganar alguna cosa', manifestó Casp antes de acudir a Presidencia de la Generalitat sobre las 20 horas. Tras el acuerdo anunciado por el jefe del Consell y el secretario del PSPV, Casp -acompañado por Juan Alfonso Gil Albors, Carles Recio y la periodista María Consuelo Reyna- reiteraba sus afirmaciones a la salida del Palau de la Generalitat y advertía que, pese a la composición de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, 'no por eso hemos de claudicar'. Tras el anuncio de acuerdo sobre la composición de la Acadèmia, realizado a las 21.30 horas, el presidente de la Generalitat y el secretario general del PSPV se volvían a encerrar en un despacho para purgar el documento de pacto por el valenciano que Eduardo Zaplana se comprometió a asumir junto con el acuerdo sobre los académicos.

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