Pujol prepara un cambio de Gobierno para neutralizar la moción de censura de Maragall

Tres son los retos que se les presentan a los nacionalistas catalanes: el apoyo del PP hasta 2003; el acuerdo de financiación autonómica -uno de los caballos de batalla de Convergècncia i Unió en las campañas electorales, junto al incremento del techo competencial-; y reforzar el Gobierno para afrontar con holgura el resto de la legislatura. En palabras de un dirigente de esa coalición: 'Hemos de llegar a septiembre con las cartas de navegación claras'.

Y si Pujol consigue cubrir estos flancos al inicio del nuevo curso político, explican las mismas fuentes, los nacionalistas no deben temer por la estabilidad parlamentaria ni mucho menos la moción de censura de Pasqual Maragall, que puede llegar a coincidir con el debate de política general en el Parlamento catalán.

Poco a poco, el presidente de la Generalitat va colocando sus fichas para no verse abocado a convocar elecciones anticipadas. En junio, los dirigentes de CiU prevén despejar la incógnita sobre el grado de apoyo que el PP está dispuesto a brindarle. Antes del día 15 se celebrará una minicumbre entre las cúpulas de CiU y PP, encargadas de allanar el camino para la posterior entrevista entre Jordi Pujol y el presidente del Ejecutivo central, José María Aznar.

Pacto de financiación

Respecto al modelo de financiación, los nacionalistas tienen prácticamente ultimado un acuerdo con el Gobierno central que satisface las demandas de la Generalitat. Además de incrementar el porcentaje de participación en el IRPF, se prevé la cesión de una parte del IVA, de ciertos impuestos especiales -algunos con capacidad normativa- y la cogestión de la Agencia Tributaria mediante un consorcio.

El Partido Popular quiere aprobar el nuevo sistema de financiación a través de un Pacto de Estado con el PSOE, lo que, según fuentes de CiU, también restará argumentos a los socialistas catalanes de cara a la moción de censura.

Pero además Pujol tiene un as guardado en la manga. Fuentes de la coalición nacionalista confirmaron que el presidente está preparando una amplia remodelación de su Gobierno para principios de octubre, que según las circunstancias se podría anticipar. Un nuevo Ejecutivo hecho a la medida del conseller en cap, Artur Mas, con el propósito de reforzar su posición en el seno del Gobierno y consolidarlo como candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat en las autonómicas de 2003. Sería la tercera crisis en lo que va de año tras el nombramiento de Mas como conseller en cap, en enero, y la posterior dimisión del líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, como consejero de Gobernación al mes siguiente.

'Con un Gobierno más fuerte neutralizaríamos las críticas de los socialistas sobre la parálisis y crisis permanente que nos afecta', comentan las mismas fuentes de CiU.

La remodelación le serviría además a Pujol para cumplir el pacto de federación suscrito con sus socios de Unió Democràtica, por el cual los democristianos deben incrementar su presencia en el Gobierno catalán. Unió pasará a dirigir de tres a cuatro departamentos.

Los cambios afectarían a los consejeros considerados más quemados. Entre ellos figura el de Industria, Antoni Subirá, en el Ejecutivo desde diciembre de 1989. Por su parte, el consejero de Cultura, Jordi Vilajoana, se baraja como nuevo delegado de la Generalitat de Cataluña en Madrid, en sustitución de Josep Gomis, que dejará su cargo este mes de junio.

Los democristianos podrían conseguir el departamento de Sanidad, que con cerca de 800.000 millones de pesetas es el que maneja el mayor presupuesto del Gobierno catalán.