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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

La victoria más dulce de Sergio García

El jugador de Castellón reivindica a su padre con su primer triunfo en Estados Unidos

Carlos Arribas

Como si todo fuera una demostración práctica de que la ruptura familiar es lo último que se le puede pasar por la cabeza, Sergio García, su padre y entrenador, Víctor, y su madre, Consuelo, organizaron toda una operación de ingeniería la tarde del domingo, algo así como un familia que gana unida permanece unida, en la que cada uno de los tres componentes tuvo un papel decisivo aunque de diferente valor.

El protagonista fue, claro, el golfista de Castellón antes conocido como el Niño que ganó en Forth Worth (Tejas) 720.000 dólares (unos 150 millones de pesetas) y su primer torneo en el circuito americano.

Su madre, que estaba en españa pegada a un televisor y a un teléfono, retransmitía los golpes buenos del Niño, y los malos del rival, el zurdo Phil Mickelson (nada menos que tres fallos con el putt metro y medio del agujero) a su padre, quien móvil en mano conducía hacia el aeropuerto local para coger el primer avión de su regreso a España. Pero llegado su hijo al hoyo 17º y viendo que la victoria estaba a un paso, Víctor, el padre, decidió dar media vuelta, perder el avión y enfrentarse a cruces, atascos y autopistas para volver al campo de golf. Cuando llegó, su hijo ya estaba dando la conferencia de prensa del ganador.

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'Tengo ya ganas de que llegue el Open de Estados Unidos y ver cómo está Tiger Woods', estaba diciendo Sergio García cuando llegó su padre. 'Creo que no es invencible. Al contrario, creo que muchas veces gana porque los demás nos apartamos para dejarle pasar, como ha hecho en Alemania Michael Campbell'.

Después, su padre se acercó, le abrazó y le dio una cariñosa palmada en la cara. 'Hemos estado tantas veces tan cerca de ganar que, obviamente, estoy muy feliz de haberle visto ganar aquí', dijo Víctor. 'Siempre me he sentido a gusto con Sergio porque los dos nos entendemos muy bien'.

La escena tenía su valor: una reivindicación pública de los valores de Víctor García como buen maestro de swing pese a las críticas de algunos especialistas, que creen que el padre no está a la altura del hijo. 'Ya esta bien de criticar a mi padre. Esta victoria prueba que todo no estaba tan mal como parecía', declaró Sergio García, quien vivió una grave crisis cuando no pasó el corte del Masters de Augusta. 'Ahora, él [por Víctor] puede jugar en el circuito senior americano como quiere y yo seguiré manejando mis asuntos aquí'. Y dicho esto, y a toda velocidad, Sergio García se fue al aeropuerto a coger un vuelo hacia México, donde jugará una exhibición en compañía del sueco Jesper Parnevik.

Con su padre como profesor, Sergio García ya ha ganado tres torneos oficiales a los 21 años (dos en Europa: el Open de Irlanda y el Master de Alemania de 1999, y uno en estados Unidos), lo que no está muy mal. Después de su triunfo tejano, García ya es décimo en el ránking mundial que encabeza Tiger Woods por delante de Mickelson y Ernie Els, y, con unas ganancias superiores al millón de dólares en los nueve torneos que ha disputado en lo que va de temporada, es el 15º en la lista de ingresos del circuito americano.

'Y sin embargo pienso que la primera victoria americana debía haberme llegado antes', resumió El Niño. 'Ha sido duro alcanzarla pero pienso que por ello ha sido más dulce. Siempre dicen que la primera victoria es la más difícil, así que espero que lo mejor esté por llegar'.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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