Más de un centenar de personas fallecen en un estadio de fútbol en Ghana
La catástrofe se produjo cuando la policía lanzó gases lacrimógenos a los hinchas y cerró las puertas del campo
La frustración por la derrota de los aficionados del equipo ghanés Kusami Ashanti, que a falta de cinco minutos caía derrotado por dos a uno frente al Accra Hearts, fue el detonante de una de las mayores tragedias ocurridas en un recinto deportivo. Los hinchas del Kusami reaccionaron ante la derrota destruyendo los asientos y arrancándolos de sus localidades. La policía ghanesa actuó con la contundencia propia de un grupo de antidisturbios y respondió a la actitud de los seguidores del Kusami con gases lacrimógenos. El gas provocó que cientos de espectadores tratasen de escapar subiendo por las escaleras de la tribuna hacia los vomitorios. Tras atravesar los estrechos accesos de metal que daban a las puertas de salida, se encontraron con que la policía también había cerrado todas las puertas para abandonar el estadio. El pánico, añadido a la necesidad de escapar de la sustancia tóxica, provocó una avalancha en la que, presumiblemente, las víctimas perecieron asfixiadas por aplastamiento.
El macabro recuento de los fallecidos aún no había finalizado al cierre de esta edición, e incluso aún permanecían cuerpos de personas fallecidas en el interior del estadio, aunque un locutor de la radio local Joy FM afirmó: "Yo mismo personalmente he tenido la oportunidad de contar cerca de 100 personas muertas en el hospital". Unas cifras que otros testigos también confirmaban. Un miembro del gobierno de Ghana, Asamoah Boateng, relataba: "En el mismo hospital donde yo ahora me encuentro me rodean, al menos, unos 50 o 60 cuerpos sin vida". Boateng también describía el horror desde el Hospital General de Accra.
Una cifras que más tarde confirmaría el director del Hospital General de Accra, que afirmó que eran "más de cien los muertos". Un reconocimiento por parte del gobierno ghanés que llevó ayer a anunciar al Presidente de esta nación, Kufour, la convocatoria urgente de un consejo e ministros extraordinario y al ministro de la Presidencia, Jake Obetsebi Lamptey, la intención del Ejecutivo de su país de crear una comisión de investigación para esclarecer las causas exactas que provocaron la tragedia. Al mismo tiempo, el ministro instó a los ciudadanos ghaneses a "conservar la calma" y esperar a que los trabajadores del hospital cumplieran con su tarea.
La radio local, que presenció los hechos por estar cubriendo el acontecimiento deportivo, hizo un llamamiento a todos los médicos del resto de los hospitales del país para que acudieran a la capital porque el volumen de heridos superaba, según esta emisora, los 150 y los hospitales de Accra y sus profesionales estaban saturados de trabajo. Un llamamiento que desde los ciudadanos particulares de Accra -alrededor de 2,2 millones de habitantes en todo el área metropolitana- se hizo efectivo, aportando estos sus vehículos para el traslado de los heridos desde el campo deportivo a los hospitales.
El presidente del Kusami, Herbert Mensah, criticó duramente a los efectivos policiales que actuaron en el interior del estadio por haber lanzado gases lacrimógenos.
Sólo en el pasado mes de abril, hubo que contabilizar otras dos tragedias en recintos deportivos en el continente africano. El once de ese mes morían 50 personas en el estadio Ellis Park de Johannesburgo (Suráfrica) también como consecuencia de una avalancha. En aquella ocasión la causa fue que se vendieron entradas a más personas de las que podía acoger el estadio. Más recientemente, el 29 de abril, fallecieron 10 personas en el Congo durante un encuentro en el estadio Lubumbashi.
El rival al que se enfrentaba el Kumasi Ashanti, el Accra Hearts of Oak, que denunció hace escasas fechas ser víctima de la magia negra por parte de otro club del mismo continente, el Brazabille, con quien disputó un encuentro de Liga de Campeones africana, será uno de los equipos que dispute el Mundial de clubes que se celebrará en A Coruña y Madrid este próximo mes de agosto.
Las mayores tragedias
Dos tragedias encabezan la lista de catástrofes en los campos de fútbol del mundo. El lamentable récord con mayor número de muertos se produjo el 20 de octubre de 1982 cuando 340 personas fallecieron y otras 1.000 resultaron heridas en el estadio Luzhniki de Moscú tras una avalancha durante el partido de la Copa de la UEFA entre el Spartak y el Haarlem holandés.
Dieciocho años antes, el 24 de mayo de 1964, el trágico escenario fue el estadio Nacional de Lima, en el que murieron 301 personas también aplastadas contra las puertas de acceso, que estaban cerradas, al lanzar la policía gases lacrimógenos contra los aficionados que presenciaban el partido Perú-Argentina de selecciones olímpicas, clasificatorio para los Juegos de Tokio.
Las dos siguientes mayores tragedias, hasta la de ayer, fueron los 95 muertos de Sheffield, el 15 de abril de 1989, antes de la semifinal de Copa Liverpool-Nottingham, y los 80 del 26 de octubre de 1996 en Guatemala, antes de un Guatemala-Costa Rica de clasificación para el Mundial 98.
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