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La Sindicatura desvela que la fundación que creó el buscador Olé carecía de contabilidad detallada

Una auditoría oficial ve descontrol en la entidad, que obtuvo 6.500 millones de la Generalitat

La Sindicatura de Cuentas, el equivalente en Cataluña al Tribunal de Cuentas, ha detectado irregularidades en la contabilidad de la Fundació Catalana per a la Recerca (FCR), la entidad que creó el buscador de Internet Olé. El informe revela que esta entidad, de cuyo patronato forman parte cuatro consejerías de la Generalitat, no llevaba contabilidad detallada de sus proyectos de investigación, pese a lo cual obtuvo 6.500 millones de pesetas de la Generalitat entre 1990 y 1998.

El informe sostiene que la fundación hizo un uso indebido de casi el 40% de estas subvenciones, según fuentes de la fundación y de la Sindicatura. En el periodo fiscalizado, el presidente del patronato de la FCR era Macià Alavedra, entonces consejero de Economía y hombre de la máxima confianza de Jordi Pujol.El pleno de la Sindicatura de Cuentas aprobó el pasado miércoles el informe sobre la FCR, que será remitido próximamente al Parlamento catalán. La auditoría fue encargada hace tres años y la asumió personalmente el entonces síndico mayor, Ferran Termes, que, no obstante, evitó llevarla al pleno durante su mandato.

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La FCR desarrolló Olé y a finales de 1996 lo vendió a uno de sus trabajadores, Josep Vallès Rovira, por 200.000 pesetas. Dos años más tarde, Olé fue adquirido por Telefónica -lo que dio origen a Terra Networks- por 3.000 millones y acciones sobre acciones de Terra cuyo valor de mercado actual se aproxima a los 10.000 millones de pesetas. El juzgado número 8 de Barcelona está investigando la operación, en la que está imputado por presunto delito fiscal el ex consejero de Telefónica Martín Velasco.

De todo el paso del buscador Olé por la fundación no hay rastros en las cuentas de la entidad, salvo el recibo de 200.000 pesetas, según la auditoría. Pero el informe revela que tampoco hay rastro de la contabilidad detallada de los otros proyectos de investigación que la Generalitat apoyaba con centenares de millones de pesetas. En cambio, a partir de 1996 la FCR empezó a crear un complejo entramado de sociedades limitadas -Cinet, SL; Nominalia, SL; Certificadora de Empresas, SL-, cuyas actividades se confundían a menudo con la de la propia fundación.

La auditoría considera que la FCR dio un uso indebido a al menos 2.500 millones de las subvenciones públicas que recibió, casi el 40% del total, al destinarlas teóricamente a gastos corrientes cuando fueron concedidas para la adquisición de bienes de capital. El ex director de la entidad Josep Antoni Plana Castellví dijo ayer desconocer el contenido de la auditoría y subrayó que todos los presupuestos de la entidad recibieron el visto bueno de su patronato, del que forman parte cuatro departamentos de la Generalitat de Cataluña.

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