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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El fondo también revisa

El informe de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la economía mundial incide también en la tendencia general de revisiones del escenario económico que están aplicando los gobiernos e instituciones internacionales. Si el pasado septiembre el FMI anticipó una tasa de crecimiento para la economía mundial del 4,2%, por debajo del 5% registrado en 1999, ahora se queda en el 3,2%. La razón principal de esa reducción es la desaceleración de la economía estadounidense, que se queda en el 1,5%, muy por debajo del casi 5% de 1999. La previsión de crecimiento para el conjunto del área euro se sitúa en el 2,4%, por debajo del 2,8% previsto por los servicios de la Comisión Europea. La economía española también reduce su previsión hasta el 2,9%.

Lo importante ahora es verificar si las autoridades de las principales economías del mundo, ese Grupo de los Siete que se ha reunido este fin de semana en Washington, están en disposición de neutralizar las amenazas que se ciernen sobre la prosperidad mundial, en coherencia con la preocupación oficial renovada por la estabilidad financiera internacional y la previsión de las crisis, según se desprende del comunicado oficial emitido el sábado pasado. Estados Unidos ha respondido con diligencia y contundencia al entorno de crisis con rebajas en el precio del dinero por un total de dos puntos porcentuales. Lo propio, aunque menos intensamente, han hecho los restantes bancos centrales de los países industrializados, con la excepción del Banco Central Europeo (BCE). Esa resistencia del responsable de la política monetaria del área euro ha centrado en buena parte la atención de los reunidos este fin de semana en Washington. La prudencia del BCE, su renuencia a relajar la política monetaria, podría resultar excesiva. Según el economista jefe del FMI, el BCE disponía de condiciones propicias a la reducción de tipos hace un mes.

Entre las obligaciones del Fondo figura la de sugerir y recomendar modificaciones en las políticas económicas de sus países miembros. Es probable que el área euro pueda pasar a formar parte del problema de una economía mundial en recesión, en lugar de contribuir a evitarla. Lo relevante ahora es tomar decisiones que eviten males mucho peores que un pequeño retraso en alcanzar un objetivo de inflación; las economías, como la española, en las que coexiste la desaceleración de la demanda interna con la resistencia de los precios a la baja, no deberían confiar tanto en la dureza del BCE como en la disposición de eliminar los obstáculos estructurales que impiden la necesaria convergencia nominal.

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