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GENTE

UNA INICIATIVA PARA EL 14 DE ABRIL

Antonio Ontañón Toca, de 66 años, es un pensionista atípico que, apartado de las partidas de dominó y petanca y las tertulias que caracterizan a sus contemporáneos, lleva invertidos tres años y gastadas miles de pesetas de su bolsillo en investigar sobre la represión franquista en Cantabria. Pretendía sacar del anonimato a los muchos hombres y mujeres que yacían en las fosas comunes del cementerio civil de Santander. Sus idas y venidas a los archivos de Salamanca y Madrid y de la cárcel provincial, y los continuos desplazamientos por la región para entrevistarse con familiares de las víctimas, le han proporcionado un listado con 1.119 nombres de fusilados, paseados, agarrotados y desaparecidos. No están todos los que perecieron. En fin, su iniciativa llegó a término el pasado 14 de abril. En el verano de 2000, el Nobel portugués José Saramago, a su paso por la Universidad de Verano y conocedor de su investigación, felicitó a Ontañón por llevar a cabo 'lo que tenían que haber hecho los historiadores en una provincia tan sobrada de signos franquistas'. Ontañón, republicano de toda la vida, asegura no investigar por fines revanchistas, sino por rendir homenaje a los caídos devolviéndoles su identidad. Según sus datos, la represión comenzó en 1937 y terminó 11 años después con el aniquilamiento de un numeroso grupo de maquis en los altos del Escudo. Un total de 1.119 muertos salieron al fin el pasado día 14, aniversario de la II República, del olvido con la inauguración de nueve monolitos en el cementerio y dos lápidas de granito con todos los nombres inscritos.-

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