'Hay que entender la lectura como un acto creativo'
El escritor Luis Mateo Díez (Villablino, León, 1942) se dio a conocer como cofundador de la revista Claraboya, pero sería su faceta de novelista la que le abriría las puertas del gran público. Entre sus títulos más destacados, cabe señalar La fuente de la edad, La mirada del alma y La ruina del cielo. Ha recibido el Premio de la Crítica y el Nacional de Literatura, y su obra se ha traducido varias veces al cine. Su última novela, El diablo meridiano, acaba de ver la luz en la editorial Alfaguara.
Pregunta. Este año ha recibido el encargo del texto con el que se celebrará en toda España el Día del Libro, ¿qué ha querido reflejar?
Respuesta. Como el texto ha de ser una incitación a la lectura, he recordado mi acercamiento a lo que son los mundos de la imaginación literaria a través de la oralidad, una experiencia que todos tenemos. He querido explicar que la vida se cuenta para vivirla más intensamente. Hay que entender la lectura como acto creativo, tan importante como la propia escritura, y aprovechar la oportunidad que nos ofrece de vivir otros mundos.
P. Sin embargo, las estadísticas de lectura resultan desalentadoras.
R. Son desanimantes. Las últimas que leí eran tremendas: casi un 50% de los españoles no lee nunca. Pero uno no puede caer en el pesimismo, tenemos que convencernos de que el arte en general y la literatura en particular atañen a la vida, no son ejercicios elitistas. Algo importante sería convencer a la gente más joven de que todos somos dueños de la imaginación.
P. Algunos de sus colegas lamentan la pérdida de las tradiciones, de las raíces y la memoria literaria de los pueblos.
R. Soy más bien de los que piensan que muchas son las lenguas y una la literatura. Hay que tener ese sentido abierto de que todas las literaturas confluyen en el patrimonio universal de la imaginación humana, sin perjuicio de que seas valedor de tu lengua. Pero leer es siempre un acto a favor de la literatura universal.
P. ¿Las nuevas tecnologías están colaborando en esa otra globalización?
R. Todo lo que rodea a la revolución tecnológica me interesa mucho, pero hay que tener medida, saber para qué valen todos esos ingenios. Yo escribo a ordenador y al mismo tiempo voy tomando notas a mano o busco información en Internet. Sin embargo, tengo la impresión de que intentan convencernos por el exceso y nos venden más cosas de las que uno necesita.
P. ¿Cómo se define como lector?
R. Soy muy abierto, muy curioso, pero desde hace unos años hago mucho regreso a los clásicos, sigo leyendo a latinos y griegos. También me gusta toda la novela del XIX. Me guío mucho por el boca a boca, por las recomendaciones de mis amigos. Y, de vez en cuando, esos amigos escriben obras excepcionales.
