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El Gobierno cree que su burocracia lastra la solución de los problemas ecológicos

El diagnóstico sobre Euskadi revela la 'debilidad' de la Administración

La Administración vasca plantea una respuesta insuficiente a los problemas medioambientales debido a la dispersión de competencias, la 'persistencia de la cultura de la subvención' y la falta de una visión integral, según el diagnóstico ambiental de Euskadi presentado ayer. El estudio, en el que han participado 80 expertos, señala al transporte, el comercio, la construcción y el turismo como las principales amenazas. El consejero de Medio Ambiente, Patxi Ormazabal, expuso las conclusiones del diagnóstico, que es la primera fase del llamado programa marco ambiental, una ambiciosa iniciativa que pretende revisar a fondo la política en este materia aplicada en los últimos 15 años y diseñar una nueva con vigencia hasta 2012.

El análisis elaborado en los últimos cinco meses señala que, aunque la Administración 'ha conseguido frenar el impacto' de diferentes problemas 'y mejorar la situación', se constatan 'debilidades' para responder a los problemas medioambientales. Censura la falta de ventanillas únicas en 'numerosos asuntos' y el 'predominio de la visión tradicional' al aplicar leyes y recursos económicos. 'La barrera más difícil de superar es la construcción colectiva de decisiones con una visión integral de los problemas ambientales en las políticas sectoriales', señala el informe, cuyo contenido asume el Gobierno.

Ormazabal, quien destacó que el estudio es el 'resultado de más de 100 horas de reflexión', expuso que la conclusión principal es la amenaza ambiental de cuatro sectores -transporte, comercio, construcción y turismo- con 'escasa concienciación empresarial, así como una carencia de datos referentes a cuestiones medioambientales' al tiempo que incentivan el 'crecimiento ilimitado en forma de infraestructuras'. En cambio, destacó que la industria, considerada hasta ahora la principal causante del deterioro, 'comienza a asumir que el medio ambiente es un factor de competitividad'. Ormazabal destacó que más de 250 empresas vascas cuentan ya con sistemas de gestión y mejora ambiental. 'Creemos que las fábricas son el principal factor contaminante, pero los ciudadanos no nos reconocemos como agentes causantes de impactos medioambientales'. El consejero agregó que una nueva política ambiental requiere 'mejorar la comunicación con los ciudadanos'.

El estudio no concreta los problemas más graves 'porque falta información y cada uno tiene sus matices. Es muy difícil decir cuál es el principal problema', explicó la viceconsejera Esther Larrañaga, quien añadió que lo más preocupante es la contaminación del aire y del suelo. Ormazabal reveló que, con estos datos, para julio se completarán las bases de la nueva política ambiental, mediante la selección de los objetivos prioritarios de actuación y las medidas concretas. En esta fase, participarán la Administración y los agentes sociales, como sindicatos, empresarios y ONG.

El consejero no ve peligrar esta ambiciosa iniciativa si se produce un cambio de Gobierno tras las elecciones de mayo. 'Es un trabajo que se ha desarrollado por equipos técnicos y sirve para cualquiera', resaltó.

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