_
_
_
_
Reportaje:

La pesadilla del prión llega a Ceuta

Los musulmanes quieren mantener la tradición de celebrar su Pascua sacrificando corderos en sus casas

Los aficionados a la buena mesa derraman ya lágrimas por su chuletón con hueso. Los aficionados a los toros temen una corrida sin orejas, sin rabo (ni siquiera en el plato). La encefalopatía espongiforme bovina puede llevarse por delante más de una tradición. La pesadilla priónica no respeta fronteras. Ni religiones. Ahora le ha tocado a la comunidad musulmana de Ceuta, que estos días sigue con preocupación y rabia las repercusiones que el mal de las vacas locas puede tener para el desarrollo de su Pascua Grande o fiesta de Aid El Kebir, día en el que tradicionalmente se sacrifican en los hogares islámicos de la ciudad autónoma entre 5.000 y 6.000 corderos mayores de seis meses. Las autoridades locales han decidido prohibir este año el ritual en los domicilios particulares dadas las restricciones sanitarias impuestas por el brote de fiebre aftosa en Marruecos y por la encefalopatía bovina.

El sacrificio se hará obligatoriamente en el matadero municipal para controlar así la eliminación de los materiales de riesgo. Las vísceras y la cabeza también se consumían para celebrar la Pascua Musulmana.

La Fiesta del Sacrificio es una de las tradiciones más arraigadas entre los musulmanes y se celebrará entre los días 5 y 6 de marzo, dos meses despues de que haya concluido el mes de ayuno (Ramadán). La Ley Islámica establece que la matanza del animal debe realizarse una vez que los imames hayan concluido la oración al mediodía, por lo que, de respetarse la normativa, en un breve espacio de tiempo se podrían colapsar las dependencias del matadero, sin capacidad para atender el sacrificio de miles de borregos en pocas horas.

Para seguir el rito coránico cada cordero debe ser degollado por el cabeza de familia en el patio de la vivienda y despiezado en tres partes a repartir entre familiares, vecinos y menesterosos. Esta tradición se mantuvo hasta el año pasado, cuando el Gobierno ceutí colaboró instalando carpas en las barriadas de mayoría musulmana, para facilitar el desarrollo y mejorar las condiciones higiénicas en las que se realizaba.

Las comunidades islámicas ya se han manifestado en contra de la medida y han pedido una solución negociada con la Delegación del Gobierno y con la Ciudad Autónoma, institución que tiene ya transferidas las competencias en sanidad animal.

Algunas asociaciones coránicas apuestan por el sacrificio simbólico de un solo cordero 'tal y como prevé la Ley Islámica ante situaciones de emergencia, algo que ya se ha hecho en otros países donde las circunstancias sanitarias e higiénicas han impedido las matanzas familiares, porque el Islam está abierto a múltiples soluciones', explicó el representante de la Comunidad Islámica Ibn Ruchd, Abdelkrim Hamadi.

Pero esa flexibilidad islámica no les convence a los afectados. La amplia mayoría de la población musulmana de Ceuta no quiere ni oír hablar de la prohibición impuesta. Y los musulmanes suponen el 40% de los 75.000 habitantes de la ciudad.

El líder religioso Abdeselam Hamadi, presidente de la comunidad Al Bujari, ya dijo ayer que el sacrificio 'debe realizarse tal y como estipula el Corán'. Nada de matanzas simbólicas. Esa idea, dijo, 'es absurda y podría desembocar en disturbios sociales como los ocurridos en Melilla el año pasado'.

Pero no hay abundancia de borregos para satisfacer la ortodoxia. El temor priónico ha inclinado a los consumidores esta Navidad hacia los corderos y el mercado en la Península se tambalea. 'Los ganaderos no aseguran que haya animales suficientes con seis meses cumplidos', dice Abdeselam Hamadi. Al mal de las vacas locas se suma, para desgracia de los musulmanes, la fiebre aftosa, que impide importar corderos de Marruecos, a pesar de que el líder de Al Bujari reivindica la compra de animales del norte del país africano como se hizo hasta el año pasado. Esa le parece la solución más razonable. 'Estamos negociando con la Administración y vamos por el buen camino. Todavía nos queda un mes de plazo', indicó. Los musulmanes se plantean incluso traer animales desde Libia.

Es posible que logren hacerse con un rebaño numeroso pero tendrán que luchar mucho para que la prohibición de las autoridades sea tan flexible como el Islam. Los taurinos ya saben algo de negociaciones.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_