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El escape de Seveso obligó a cambiar la ley

Vicente G. Olaya

Las dioxinas saltaron a las primeras páginas de los periódicos del mundo por primera vez en 1976, cuando estalló el reactor de una planta química de la ciudad italiana de Seveso. La industria, dedicada a la fabricación de pesticidas clorados, lanzó al exterior enormes cantidades de dioxinas. Hubo que evacuar a más de 15.000 personas. El escape obligó a cambiar la legislación europea sobre las industrias contaminantes, y así surgió la denominada Directiva Seveso, que impone desde entonces una rígida normativa sobre este tipo de industrias.

Las dioxinas se encuadran en el mismo grupo de compuestos químicos que ciertos pesticidas (DDT, aldrin, clordano, lindano...) y productos industriales (PCB). Son compuestos orgánicos a base de carbono, hidrógeno, oxígeno y cloro. Una vez emitidos al medio ambiente son difícilmente degradables. Presentan un elevado carácter tóxico y se encuentran asociadas a la aparición de enfermedades en la población que ha sido expuesta a su presencia.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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