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Operadores y fabricantes de equipos coinciden en que la tecnología UMTS no estará lista en 2001

Ramón Muñoz

Los cuatro consorcios que ganaron las licencias de telefonía de tercera generación, el conocido UMTS, pagarán más de 100.000 millones por una tecnología que no se pondrá en marcha hasta, por lo menos, finales del próximo año. Aunque hasta ahora no se habían atrevido a anunciarlo públicamente, operadores y fabricantes de equipos se muestran unánimes al señalar que el 1 de agosto de 2001 -plazo dado a las operadoras por el Gobierno cuando otorgó las licencias- ni un solo usuario español dispondrá de un móvil de tercera generación. Para esa fecha no estarán disponibles ni las redes que permiten dar cobertura al servicio ni, sobre todo, los terminales que deben soportar las nuevas aplicaciones que permite esta tecnología, como la transmisión de vídeo o la navegación por Internet a gran velocidad.

El consejero delegado de Telefónica Móviles, Ignacio Aller, rompió la pasada semana ese silencio oficial, al asegurar 'tajantemente', que la UMTS no estará disponible este año por la falta de equipos. Esta empresa ya advirtió en el folleto de su salida a bolsa del riesgo tecnológico que suponía el UMTS (veáse EL PAÍS del 6 de noviembre de 2000).

Los fabricantes de equipos (Nokia, Ericsson, Siemens, Motorola, Alcatel...) también reconocen, aunque sólo de puertas hacia dentro, que para agosto ni siquiera estará a pleno funcionamiento comercial el GPRS, un estándar basado en la actual tecnología que permite navegar por Internet pero no el envío de imágenes. Sobre el UMTS, todos coinciden en que no habrá terminales comerciales a precios asequibles hasta finales de 2002, en el mejor de los casos, y que las redes que se comiencen a desplegar este año necesitarán una adaptación.

Algunos responsables como como Eduardo Montes, presidente de Siemens en España, son más valientes y reconocen que los 'operadores están ralentizando sus planes de inversión', aunque atribuye esta reticencia también a la incertidumbre regulatoria. El Gobierno no reconoce oficialmente ese retraso, pues no en vano el principal argumento que empleó para otorgar en marzo las licencias por concurso, en lugar de elegir la subasta, fue el de acelerar la implantación en España del UMTS frente a otros países.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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