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AGITACIÓN EN EL PANORAMA ECONÓMICO

Japón celebra la rebaja de tipos en EE UU como una ayuda para su despegue económico

No es para menos que Japón celebre que la Reserva Federal haya tomado una medida rápida y contundente para evitar que la economía estadounidense entre en recesión. La recuperación de la economía japonesa depende de ello.

El plan del Gobierno japonés para salir de la recesión en la que el país se hundió entre finales de 1997 y todo 1998 se ha sostenido sobre dos pilares fundamentales: la inyección de dinero público a la economía y el impulso de las exportaciones. El problema es que, a pesar de que el Ejecutivo japonés ya ha lanzado 10 planes de reactivación por valor de unos 212 billones de pesetas desde finales de 1998 y que el Banco de Japón ha intervenido en varias ocasiones en el mercado de divisas para debilitar el yen y ayudar a las exportaciones, sólo ha conseguido un moderado crecimiento del PIB del 1,2% para 2000, según las últimas previsiones.

El problema se agudizó cuando hace un mes empezaron a aparecer signos de que la economía estadounidense, el principal cliente de los productos japoneses, estaba perdiendo gas. Los empresarios y el Gobierno de Japón se echaron las manos a la cabeza cuando el consumo y la actividad estadounidenses comenzaron a estancarse. ¿A quién le vamos a vender ahora?, se preguntaban.

Por esta razón, la industria y el Gobierno japoneses recibieron como agua de mayo la bajada de medio punto de los tipos de interés en EE UU. La Bolsa de Tokio reaccionó con un avance del 1,29% en su sesión de ayer. La medida de la Reserva Federal tiene como objetivo evitar que la actividad económica estadounidense caiga bruscamente y barra con una década de fuerte crecimiento. Después de todo, fue la fortaleza de la economía de EE UU una gran responsable de que el mundo saliese antes de la crisis financiera de 1998. Estados Unidos, que compraba casi todo lo que los países en vías de desarrollo vendían, llegó a tener un déficit comercial histórico en los últimos años.

Japón todavía no se ha recuperado de esa crisis, así que en gran medida aún necesita de EE UU para salir del atolladero.

La rebaja de los tipos en EE UU ha depreciado al yen frente a 116 por dólar, y supone la mejor mano exterior que le pueden echar a Japón. Si el yen se deprecia, los costes de las empresas japonesas para exportar son menores, y el precio final de sus productos, más barato. Por otra parte, la revalorización del euro frente al dólar y frente a la divisa japonesa también dota de competitividad a las exportaciones japonesas cuyo destino es Europa.

Otra causa de la depreciación del yen fue una información que ayer publicó el diario económico Nihon Keizai, en la que asegura que Toyota, el tercer fabricante de coches del mundo, administrará, de ahora en adelante, los beneficios de sus operaciones en el extranjero en la moneda del país en que obtenga esas ganancias. Esto significa que Toyota convertirá a yenes sus beneficios en una proporción mucho menor que en años anteriores. Se espera que la mayoría de las grandes industrias japonesas imiten a Toyota.

Alarma por el petróleo

Pese a todas estas buenas nuevas para Japón, una muy mala comenzó a tomar forma a lo largo de la última semana. Los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se disponen a reducir su producción de crudo para frenar el descenso que el precio de esta materia prima ha sufrido en el último mes. No se sabe aún la cantidad exacta del recorte, pero Arabia Saudí ha propuesto entre 1,5 y dos millones de barriles diarios. A Japón, como a todos los países consumidores, esta noticia le supone una verdadera preocupación.

Japón depende en más de un 97% del crudo importado, pero hasta ahora ha sido capaz de esquivar el alza internacional de precios por la fortaleza que ha mantenido el yen frente al dólar y al euro. Si la cotización de éste vuelve a superar los 30 dólares, el nivel que registró durante todo 2000, la reducción de costes que para las empresas japonesas supone la depreciación del yen quedaría neutralizada. Ayer, el precio del barril mantuvo su tendencia al alza y llegó a cotizar a 25,79 dólares, aunque cerró a 25,18.

Por esta razón, el ministro japonés de Comercio Internacional e Industria, Takeo Hiranuma, solicitó ayer a la OPEP que renuncie a reducir la producción de crudo. 'Quiero que respondan con precaución a cualquier propuesta para recortar la producción de crudo para que no haya repuntes otra vez', afirmó Hiranuma.

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