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Restauración palatina

Orihuela recupera y confiere nuevos usos a sus palacios para revitalizar el centro histórico de la ciudad

Después de casi tres siglos de que un marqués, un conde o un terrateniente los mandase construir como residencia familiar, el Ayuntamiento de Orihuela está restaurando los palacios, palacetes y casas nobiliarias del municipio, confiriéndoles usos más acordes a los tiempos actuales. El vasto patrimonio arquitectónico de la ciudad de Orihuela, que alcanzó su máximo esplendor en el siglo XVIII, dejó así una decena de palacios o grandes mansiones construidas por los nobles de la época. Ahora, en el umbral del siglo XXI, estas edificaciones, muchas de las cuales permanecían cerradas y por ello desconocidas para los vecinos de la ciudad, abren sus puertas y se transforman en un lujoso hotel o en oficinas municipales.Los primeros palacios que se restauraron fueron los de propiedad municipal, que albergan en la actualidad desde el Consistorio oriolano, en el Palacio del Marqués de Arneva (siglo XVIII), o el Palacio de Rubalcava, convertido también en oficinas y dependencias municipales como la Oficina de Turismo, o las oficinas de Servicios Sociales.

Uno de estos casos es el singular Palacio de Teodomiro, que albergó la Biblioteca Pública hasta 1992, y que está siendo remodelado por una empresa que proyecta convertirlo en un lujoso hotel. Esta obra contó con una aportación pública de 400 millones de pesetas, de acuerdo con el plan municipal de revitalizar el centro histórico. Otra de estas grandes mansiones situada en pleno casco histórico de la ciudad, la Casa de Sorzano, siglo XVIII, que se encontraba en serio deterioro, ha sido restaurada por la Fundación Pedrera, transformando sus dependencias en un Colegio Mayor y en un ostentoso restaurante.

Según el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Orihuela, Jesús Roca, "es tan importante la restauración de los edificios antiguos como el dotarlos de usos y servicios". En Orihuela existen centenares de edificaciones antiguas, entre palacios y grandes mansiones, catalogadas como singulares y por ello protegidas, pero algunas de ellas se encuentran muy deterioradas o en peligro de desaparecer, mientras que otras tantas han sido ya restauradas por los propios dueños, mediante subvenciones y ayudas públicas. Roca indicó que "el empeño nuestro es restaurar todo el casco histórico y acabar con esa imagen de la ciudad de casas antiguas y con gran valor arquitectónico semiderruidas".

El edil señaló que cuentan con un departamento para este proyecto, la Oficina del Casco Histórico, que se encarga de tramitar ayudas para la rehabilitación de viviendas antiguas, y aunque hasta ahora han tramitado ya unos 500 expedientes de este tipo, todavía quedan muchas casas por restaurar. Por su parte, los edificios más significativos o palacios "ya están restaurados o ultimando su restauración", explicó. Entre ellos, el Palacio Episcopal, de propiedad eclesiástica, que se convertirá en el Museo de Arte Sacro de Orihuela. Otro palacio remozado por sus dueños, y también recientemente restaurado, es el del Marqués de Rafal situado en la plaza del mismo nombre.

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