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Cuando el hospital se hace escuela

Elizabeth Vergara tiene ocho años y vive en el pueblo sevillano de El Viso del Alcor. Tres días por semana, lunes, miércoles y viernes, se levanta a las 7.00 para acudir al hospital infantil Virgen del Rocío, donde recibe sesiones de hemodiálisis. Así, desde que cumplió tres años.A lo largo de este tiempo, Eli, como la llaman sus amigas, había ido perdiendo el contacto con la escuela y su ambiente. El esfuerzo de Paco García, su maestro en el aula escolar hospitalaria, no era suficiente para suplir tan largas ausencias y, menos aún, para compensarla del calor de sus compañeros. Ahora, con el proyecto Mundo de Estrellas, de la Consejería de Salud, esta niña entusiasta, "y muy lista", según el maestro, no pierde comba de lo que ocurre en su colegio, aunque permanezca en el hospital cinco horas diarias, que es el tiempo que suele tardar una persona en dializarse.

Sus compañeros de 3º de Primaria del colegio público León Ríos, en El Viso, "la ven por la tele", explica García. Y ella a ellos. La profesora de todos, "la señorita Gracia Isabel Miranda", aclara la niña desde su cama, le manda que lea en voz alta para toda la clase, o que se ponga a hacer la redacción que ya está empezando a dictarles...

Es la magia de la ciencia. El último grito de la tecnología. Según el consejero de Salud, Francisco Vallejo, "este proyecto convierte a Andalucía en pionera universal".

Mundo de Estrellas es un programa multimedia que permite que todos los niños ingresados en los hospitales infantiles estén conectados entre sí. En total son 390 equipos informáticos, habilitados las 24 horas del día, para que los niños "puedan pasárselo bien", dice Juan Mellado, el director del hospital infantil. "Tanto", comenta, "que algunos, cuando les damos el alta, no quieren irse a su casa".

La realidad es que, como Eli, cualquier niño andaluz que tenga que pasar algún tiempo en un hospital podrá acceder a esta red informática y, desde ella, jugar, comunicarse con sus compañeros, hablar con su médico y, si lo desea, hacerle una consulta puntual sobre su enfermedad. Todos los Servicios de Pediatría de los hospitales del SAS han sido incluidos en esta red.

La madre de Eli, Eloísa Vázquez, no cabe en sí de gozo. "Aprende más desde que tiene este mueble", dice. Y cuenta que todos, en la escuela del pueblo, están loquitos con su niña. "Entre los maestros, el aparato y yo, que ayudo lo que puedo, hemos conseguido que saque hasta notables". Eloísa, que ya ha pasado por el trance de perder a otro hijo, con la misma enfermedad de su hija, cuando éste tenía diez años, no tiene dudas de que la mejoría de Eli "en todos los órdenes", tiene mucho que ver con el mueble que le han instalado para que no se pierda las clases.

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De la misma opinión es Alejandro Pérez, el director del colegio León Ríos. Según él, las posibilidades que ofrece Mundo de Estrellas son infinitas. "Ahora sólo nos permite que nuestros niños enfermos sigan desde el hospital las clases que damos, pero en el futuro podremos, quizá, organizar charlas y videoconferencias con centros escolares de otros pueblos, e incluso con el exterior".

Esto no ha hecho más que empezar. Elizabeth Vergara es sólo el principio. Las conexiones entre la salud y la educación han encontrado un espacio adecuado en los hospitales infantiles de Andalucía. "Esta es una estrategia de humanización de la sanidad", apuntó Vallejo. Pero de lo que no cabe duda, es de que la equidad digital contribuirá a la equidad sanitaria.

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