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La Royal Navy cree posible el traslado del 'Tireless', pero lo descarta por el factor tiempo

La Royal Navy, la Armada británica, se cuidó muy mucho de negar la posibilidad de que el submarino nuclear Tireless pudiera ser transportado a su país para ser reparado en él, pero apeló para no hacerlo a la seguridad, al factor tiempo: cumplir con los requisitos de seguridad significaría un plazo más largo y un riesgo mayor. Esto era en mayo pasado. Ahora, el hecho de que la avería sea más grave de lo previsto y de que el Tireless no pueda abandonar Gibraltar hasta el verano hacen de nuevo plausible su traslado al Reino Unido, según un experto internacional que ha tenido acceso a los expedientes británicos. Un portavoz de la Royal Navy admitió el viernes que el traslado es posible, pero volvió a apelar al factor tiempo para descartarlo.

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El Tireless llegó herido hasta el puerto de Gibraltar el 19 de mayo pasado. El circuito primario de la refrigeración de su reactor nuclear tenía una fuga y se trasladó hasta la colonia desde Sicilia propulsado por su motor auxiliar diesel. En ese momento, los militares británicos consideraron que la avería del submarino era una simple grieta de dos milímetros en la soldadura entre dos tuberías del sistema. Se especuló entonces con transportarlo hasta su base especializada de Devonport, a 1.200 millas náuticas del Peñón, pero finalmente se consideró que sería más seguro repararlo en la colonia y que la nave estaría navegando en noviembre.Sin embargo, el pasado 12 de octubre, los militares británicos admitieron que la avería era mayor de lo previsto, que se tenía que elaborar un nuevo plan de reparación y que el sumergible no abandonaría la Roca hasta marzo. Este plazo se prolongó después hasta principios del verano.

La nueva dimensión de la avería no sólo causó alarma en la Royal Navy, que llamó a sus otros once sumergibles similares para una revisión de urgencia, sino que acabó con la premisa del tiempo -y la seguridad que lleva consigo- como factor determinante para evitar el traslado del Tireless al Reino Unido, según un prestigioso experto en armamento nuclear que ha tenido acceso a los expedientes de seguridad del Ministerio de Defensa británico sobre el caso.

Existen tres métodos posibles, incluso cuatro, para trasladar el buque. El primero sería el remolque. Los submarinos están diseñados obviamente para viajar bajo el agua y su torre de mando los estabiliza, por lo que en superficie, al carecer de quilla, el remolque durante un trayecto tan largo puede ser muy peligroso. En esto coinciden la Royal Navy y el director técnico de Bazán, Luis Luengo, que no considera aconsejable el método.

Otra variante sería atar el submarino a un buque, pero presenta los mismos problemas, aunque se ha hecho en numerosas ocasiones cuando ha habido problemas y no se encontraba a mano una base como la de Gibraltar.

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Otro sistema sería utilizar los motores auxiliares diesel. Pero hay dos problemas: el submarino no está diseñado para repostar en alta mar y no puede albergar el suficiente combustible para el viaje. Además, tan sólo llegaría a una velocidad de cinco nudos por hora, lo que, aparte de la lentitud, le dejaría en una delicadísima situación ante cualquier eventualidad, como, por ejemplo, una tormenta.

El único método plausible sería entonces el transporte en un carguero de los de tipo de dique flotante, tal y como sucede ahora con el destructor estadounidense Cole, al que se traslada desde Adén, en la República del Yemen, hasta Norfolk, en EE UU, en uno de estos barcos. La empresa que hace este porte, Offshore Heavy Transport, de Noruega, y la holandesa Smit Transport y Heavy Lift, ya se ha ofrecido para el traslado del Tireless, aunque, eso sí, siempre que la Royal Navy les asegure que ni su barco ni la tripulación van a contaminarse. Nunca se ha hecho un transporte de un submarino nuclear averiado.

La Royal Navy admitió el pasado viernes, en una conversación telefónica con uno de sus portavoces, que el traslado del submarino averiado por este método es posible, pero asegura que pasarían meses antes de que el buque transportador y el Tireless pasaran las estrictas exigencias de seguridad de los paneles civil y militar que revisarían el caso para el Reino Unido.

Las autoridades británicas decían en mayo pasado que esto supondría un mayor riesgo de contaminación para la población y el medioambiente, pero casi seis meses después siguen utilizando el mismo argumento.

Por contra, algunos expertos aseguran ahora que, si se hubiera iniciado el proceso para transportarla cuando llegó a Gibraltar, la nave podría llevar ya semanas en Devonport.

De repente, resaltan los expertos, el factor tiempo no supone un riesgo, como sí lo fue cuando se analizó el transporte. Por un lado, se dice que el reactor está frío y da igual el tiempo que el Tireless permanezca en Gibraltar, ya que supone menos riesgo que la visita de un submarino nuclear normal. Pero la Royal Navy se contradice al rechazar la posibilidad del traslado precisamente por el factor tiempo.

La nueva dimensión de la avería del Tireless ha eliminado los argumentos técnicos de la Royal Navy y los expertos aseguran que, si los paneles británicos se dedicaran a estudiar el traslado en vez de la reparación, el sumergible podría abandonar la colonia antes del próximo verano.

El riesgo se centra en la puesta en marcha del reactor

Los expertos del Consejo español de Seguridad Nuclear (CSN) no han ocultado en ningún momento su escasa posibilidad de incorporar algo al debate sobre el posible riesgo para la población y el medio ambiente que supone la permanencia del Tireless en el puerto de Gibraltar con una avería en el sistema de refrigeración de su reactor nuclear.El Gobierno ha aprovechado al alimón las palabras tranquilizadoras de los británicos y los juicios limitados del CSN para apoyar la tesis de que el traslado del sumergible es más peligroso que su reparación en el Peñón.

Sin embargo, algo que sí ha dicho el CSN es que el único riesgo de contaminación radiactiva que ellos pueden prever vendría en el momento en el que tras la reparación se volviera a poner en marcha el reactor nuclear del Tireless, ahora en un estado que se podría denominar latente, al que llegó después de un mes varado en los muelles gibraltareños y en el que la refrigeración no es necesaria, ya que el calor que produce se puede disipar de manera normal.

El traslado del buque conllevaría, por lo tanto, que ese momento crítico tuviera lugar en la base de Devonport, próxima al puerto de Plymouth, a la que la Royal Navy considera como "la base más grande de Europa Occidental" y que cuenta con personal e infraestructuras especializadas para este tipo de accidentes, ya que es el puerto de la mayoría de los submarinos de propulsión nuclear de la Marina británica.

Fuentes cercanas aseguran que los expertos seleccionados por el Gobierno de Gibraltar para analizar el caso propondrán a la Royal Navy que se lleve la nave del Peñón.

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