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Figurativos y neo-minimalistas

Ivo Rovira Augé es un mentiroso. Es, dice él, "un mentiroso que basa su mentira en la verdad". David Trullo es un adicto a los álbumes familiares ajenos, incluso si conoce "a los sujetos que los pueblan". Javier Herrero sueña con "crear la esencia de los cuerpos, de sus almas, de la tierra que pisan y de los actos que no hacen". Es su gran reto. Mayte Alonso siente una fascinación especial por los espacios reflejados en los espejos. Una fascinación que experimenta desde que era pequeña y se perdía entre los pasillos laberínticos de la casa de sus padres.Ésas son, en términos generales, las palabras que acompañan las obras de estos cuatro artistas españoles que desde el pasado jueves muestran sus trabajos en la exposición titulada 20 de Mil (De relaciones y de roces).

Son en total 20 artistas emergentes, no consagrados, unidos por el hecho de encontrarse en plena etapa de reafirmación profesional y de "aceptación social". La mayoría ha iniciado su andadura en los años noventa, ha ganado becas o ha expuesto en diferentes rincones de Madrid. La muestra es iniciativa de la Consejería de Cultura y de la Obra Social Caja Madrid. Estará abierta al público hasta el 5 de noviembre en la sala de Exposiciones de la consejería, en el número 8 de la Plaza de España. El horario es de martes a sábado de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.30, y los domingos y festivos de 11.00 a 14.00.

20 de Mil (De relaciones y de roces) es una gran muestra colectiva que aúna varias disciplinas y múltiples posibilidades. En pintura los invitados son Marina Berdalet, Gonzalo Mayoral, Joaquín Millán, Teresa Moro, José Piñar y Óscar Seco. En fotografía, Eduardo Arrillaga, Ivo Rovira, David Trullo y Luis Vioque. Los grabadores son Alfonso Cintado, Nieves Galiot, Juan Alberto García de Cubas, Javier Herrero y José Manuel Sáinz del Río. Y los escultores, Maite Alonso, Javier Martínez Pérez, Javier Muro, Francisco Javier Núñez Gasco y Ester Pizarro.

Los organizadores de la exposición ven en las pinturas seleccionadas una inclinación renovada por las figuraciones, así como un interés creciente en el llamado neo-minimalismo. Los fotógrafos, por su parte, apuestan por la figura del fotógrafo total, aquel que evita las especializaciones excesivas para expresarse a través de reportajes, paisajes, dramatización y fotos compuestas. Los cinco grabadores que exponen en la muestra trabajan con tecnología digital, aunque el resultado final de sus obras es distinto. Y los escultores se interesan también por recuperar la figura utilizando materiales nuevos o mixtos.

La exposición parece un archipiélago en el que aparentemente una isla no tiene nada que ver con la otra. Pero en el fondo, los autores y sus obras están mucho más relacionadas de lo que a simple vista pudiera parecer.

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