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MÚSICO - Francisco Martín

Un constructor sobre el escenario

VERANO 2000

A Francisco Martín le gustaba tocar cualquier instrumento que cayera en sus manos. Guitarra, batería, teclados. En su juventud había hecho algunos pinitos en una orquesta, pero se casó y tuvo que dejar la música. Para ganarse las habichuelas se dedicó a la construcción.Al final, su pasión por subirse a un escenario y poner la gente a dar brincos al ritmo de Paquito el chocolatero o los grandes éxitos de los 70 pudo con él y acabó compatibilizando ambos trabajos.

OFICIOS VERANIEGOS

Director: Sergio Leone. Intérpretes: Clint Eastwood, Lee van Cleef, Eli Wallach.

Ya lleva más de 20 años tocando en distintas orquestas, haciendo que hasta los más tímidos aparquen sus inhibiciones y sigan sus instrucciones hasta convertirse en una masa que no se mueve ni un ápice del guión que él marca. Este año toca levantar las manos, mover la cintura y hacer movimiento sexy.

"Es difícil mantener a la gente en la pista", asegura. Por experiencia sabe que en los pueblos la gente se anima más y también que si hay mucha luz, los más retraídos se espantan y se recluyen a sus sillas: "La gente es muy inhibida, se corta. La cosa cambia cuando ya tiene encima unas copitas".

Como profesional que es, cambia el repertorio según la edad del público. Pasodobles si pasan de los 50 y salsa o música disco si predominan los jóvenes. Y si la pista se va quedando vacía, busca canciones pegadizas, de esas que pocos resisten en un rincón.

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Vecino de El Burgo, en Málaga, ha recorrido buena parte de Andalucía con su orquesta Dynamic. Está formada, entre otros, por su hijo, a quien ha contagiado su pasión por la música, y por un par de chicas que cada noche se embuten en un traje de plástico blanco y botas hasta la rodilla. Un atuendo ideal para las cálidas noches veraniegas.

Cada noche, cobran unas 300.000 pesetas, que dan para cubrir gastos, transporte y repartir el resto entre los miembros del grupo. Francisco dice que no se pone sobre un escenario por necesidad, sino por gusto, aunque reconoce que el trabajo tiene sus pegas: las horas de carretera, estar fuera de casa y montar y desmontar tantas veces los equipos.

Este hombre, que no acabó el conservatorio y divide su vida entre el palustre y el escenario, no duda a la hora de opinar sobre cuál es el mejor grupo de todos los tiempos: "Pink Floyd, con diferencia".

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