Un clásico
El arte de la coctelería tiene como únicos secretos el de la práctica diaria y el no desvirtuar las proporciones y los elementos que lo integran. Esto ocurre con el cóctel que proponemos en esta ocasión, que tiene una receta sencilla, pero del que existen tantas recetas como consumidores.Sin embargo, hoy nos atrevemos con una propuesta más. Empezaremos utilizando un vaso bajo de whisky en el que pondremos seis cubitos de hielo, recién sacados del congelador. Le iremos añadiendo en partes iguales primero 1/3 de vermú rojo, de la botella olvidada, y otro tercio de ginebra bien seca. Si la ginebra ha estado en la nevera, pues tanto mejor. Completamos con otro tercio de un bitter amargo. Para que el lector no se complique la vida buscando esta bebida hecha a partir de hierbas, pieles de naranjas, raíces genciana y quinina, entre otras, daremos su nombre comercial, que no es otro que el Campari.
Ya sólo queda agitar y mezclar bien estos tres ingredientes, adornando el cóctel con naranja en rodajas o piel. A partir de ahora, podremos exigir que preparen nuestro Negroni de esta manera, en homanaje a los barmans y a su profesión.
