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Los reyes de la diversidad

Para adquirir una idea de la riqueza de propuestas del rock latinoaméricano, cabe recurrir a recopilaciones como Calaveras y diablitos (dos volúmenes, BMG), Radical mestizo (dos discos dobles, Fonomusic), Alterlatinos (Edel) o Mo' vida (Putumayo/Karonte), aunque todas ellas incluyan material europeo. Los promotores y artistas clave del movimiento panamericano son los siguientes: - David Byrne: el fundador de Talking Heads ha convertido su sello Luaka Bop en plataforma para el lanzamiento internacional de sonidos no convencionales, incluyendo el rock latino (Los Amigos Invisibles, Bloque).

- Manu Chao: si existe una Primera Internacional del Rock Latino, Manu fue su Bakunin, con su eclecticismo y entrega al frente de Mano Negra. Una tarea de radicalización internacionalista que también ha sido compartida por su amigo vasco, Fermín Muguruza.

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- Gustavo Santaolalla: astuto productor e inquieto músico argentino que canaliza sus descubrimientos a través del sello Surco, distribuido por Universal, con propuestas como Molotov o Puya.

- Café Tacuba: antes que músicos eran meditabundos diseñadores, lo cual tal vez explique las audacias de estos mexicanos. Subieron el listón en 1999 al editar Revés / Yo soy, un disco de canciones y otro de instrumentales electrónicos, acompañado por un mediometraje experimental.

- Saúl Hernández: de salud frágil, lideró Caifanes, el primer grupo mexicano con impacto masivo (La negra Tomasa), continuando sus íntimas exploraciones al frente de Jaguares.

- Maldita Vecindad: surgidos casi al mismo tiempo que los anglófilos Caifanes, representaban la identificación de los rockeros concienciados con la fascinante cultura popular mexicana. Su ideólogo y batería, Pacho, defiende ahora mutaciones como el nortec, fusión de tecno y la proletaria música norteña.

- Molotov: aunque algunas de sus tácticas promocionales sean abominables, esta pandilla de tres mexicanos y un gringo legitimó comercialmente la suma de punk-funk y rap que ahora es el sonido dominante en Hispanoamérica.

- Fito Páez: prodigioso intérprete que oscila entre el rock rabioso y el pop orquestal. Está grabando su nuevo trabajo en Miami (aunque seguro que el resultado no sera música miamense).

- Charly García: figura de referencia en todos los países hispanos (excepto en España, a pesar de sus estancias en Madrid o Ibiza), un proteico artista argentino de larguísimo recorrido, que protagoniza sanos escándalos y astutas provocaciones. Explicar seriamente su personalidad y trayectoria requeriría todas las páginas de este periódico.

- Andrés Calamaro: rebelde hijo espiritual de los dos anteriores (y de Spinetta y de Bob Dylan y de Joaquín Sabina), abomina de cualquier rock que se apellide "latino", aunque encabezó Los Rodríguez, uno de los patrones del movimiento. Sus torrenciales confesiones en forma de discos múltiples fascinan a ambos lados del Atlántico.

- Fabulosos Cadillacs: inicialmente, una despreocupada banda de ska, adquirieron densidad artística y humana al asimilar las tragedias recientes de la historia de Sudamérica. No son simpáticos pero hacen canciones inmortales, aparte de burlarse del latin boom con el vídeo de La vida, donde un 'experto' yanqui intenta reconvertirles en los Backstreet Boys argentinos.

- Aterciopelados: grupo colombiano que "picó piedra" en España como incomprendidos invitados de Héroes del Silencio. Se espera con pasión la continuación de su Caribe atómico, del año 1998, donde los sonidos de su tierra se integraban con los modismos de la vanguardia de Nueva York.

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