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Reportaje:CONSUMO

Las empresas recurren al "detective de plantilla" para evitar las falsificaciones

España, con seis denuncias diarias, es el octavo país del mundo en comercio de marcas pirata

Luis Gómez

Son departamentos poco numerosos. Dos o tres empleados por término medio. No llevan armas, ni deben tener nociones de defensa personal, pero colaboran activamente con las fuerzas del orden. Su misión es desarticular las redes de falsificadores, cada vez más activas y mejor preparadas, que atentan contra su empresa. Son los detectives de plantilla. Cada año aumentan las firmas españolas, sobre todo en el sector del textil, que cuentan con un departamento denominado Defensa de la marca, Brand Protection si sigue la terminología inglesa o, más escuetamente, Departamento Legal.

Nada de pinchazos

La piratería es un fenómeno difícil de evaluar, pero es indudablemente un suculento negocio: el libro verde de la Comisión Europea (1997) determina que la falsificación representa entre un 5% y un 7% del comercio mundial. Trasladado a España, el octavo país del mundo en falsificaciones, supone un mercado negro que mueve el billón de pesetas. Las fuerzas de seguridad incautan productos falsos por valor de 13.000 millones anuales. Cada día se producen seis denuncias.La empresa pionera en fundar este tipo de departamentos es Levi Strauss, fabricante de ropa tejana. Los Levi's son unos de los productos más imitados en el sector textil y la empresa calcula que el problema puede afectar a un 30% de su negocio en España, el país de Europa donde sufren más problemas tras Italia. En 1999 consiguieron retirar unos 75.000 pantalones falsos del mercado, pero son conscientes de que dicha cifra no es más que la punta del iceberg, un porcentaje pequeño para el cerca de millón de pantalones que venden en España. Para Levi's como para otras marcas multinacionales, España no es un país de 40 millones de habitantes: España es un mercado mucho más poderoso si se tienen en cuenta que lo visitan anualmente 50 millones de turistas, potencialmente consumidores de marcas de prestigio internacional.

Levi's decidió fundar su propio departamento de defensa de la marca a principios de los 80. Actualmente está formado por tres personas, dos que trabajan en España y una en Portugal. No quieren ser identificados porque les crearía problemas en su trabajo. En algunas empresas, tienen un plus de seguridad. Lo suyo es atender cualquier denuncia, investigar cualquier irregularidad, seguir cualquier pista. "Hemos recibido un entrenamiento de la compañía para el trabajo que hacemos, tratamos de ayudar a las fuerzas de seguridad y no nos podemos permitir el lujo de entrar en la ilegalidad", dice uno de ellos. Quiere ello decir que deben abstenerse de pinchazos telefónicos o de prácticas muy al uso en las películas policíacas; todo lo más, pueden acompañar a la policía en algunas operaciones."La marca es el ADN de la compañía. Nuestra primera prioridad es destapar las redes de fabricación. Nuestros puntos calientes son Cataluña, Levante y el centro de España, eso sin tener en cuenta Portugal, donde buena parte de la fabricación ilegal va destinada al resto de Europa aprovechando la ausencia de fronteras", afirma el detective.

Una pista arranca en cualquier tipo de llamada: un cliente ofendido porque se ha dado cuenta de que le han vendido gato por liebre, un distribuidor que aprecia alguna anormalidad, cómo de pronto están bajando las ventas en alguna zona, la misma policía en demanda de asesoramiento porque muchas veces se siente incapaz de discernir entre lo que es bueno y lo que es una mera copia, otras un ex empleado de una empresa pirata con ánimo de venganza. Todo vale. Luego viene la investigación propiamente dicha; cuando los indicios son sólidos, es el momento de actuar con la policía.

Así se llegó en 1995 a desmantelar una importante red que operaba en Cataluña, con centro en Sabadell, susceptible ella sola de fabricar y distribuir 100.000 pantalones anuales. "La red estaba muy bien diversificada. Los pantalones no se fabricaban en un sólo centro. Utilizaban amas de casa para la costura, encargaban las etiquetas en imprentas, el lavado se hacía en lavanderías industriales, los botones se fabricaban en otro punto", informa la citada fuente. Entre marzo y julio, la policía registró 10 empresas y cuatro domicilios. 29 personas terminaron acusadas de falsificación; el ministerio fiscal solicitó cuatro años de prisión para cada una de ellas y una indemnización cercana a los 1.700 millones de pesetas. El juicio oral todavía no se ha celebrado. La última gran operación data del pasado verano en Baleares, donde se desarticuló una red con puntos de venta en localidades turísticas: se aprendieron 15.000 prendas falsas.

Todo producto es susceptible de ser copiado o imitado. Cada vez es más complicado para un consumidor distinguir una copia del original. Las redes de falsificación no se limitan a la venta ambulante sino que entran de lleno en las tiendas y en las grandes superficies.

"El 63% de las marcas con éxito tardan menos de un año en sufrir una falsificación", añade Soledad Rodríguez, secretaria general de ANDEMA (Asociación para la Defensa de la Marca), organismo dependiente de las Cámaras de Comercio, quien reconoce que la lucha contra la piratería ha encontrado en España un problema añadido, la lentitud de la justicia y la falta de concienciación de los jueces ante ese problema.

"Durante mucho tiempo, los jueces eran reacios a castigar al falsificador o a cerrar una empresa por los problemas sociales que ello ocasionaba. Por término general una denuncia por falsificación tarda en resolverse casi tres años". Soledad Rodríguez asegura que se han hecho progresos con los cursillos y conferencias destinados a jueces, pero muchas empresas no pueden esperar a que la justicia tome otro rumbo. Se defienden como pueden. En ese sentido, las del textil han sido las que han adoptado mayor número de iniciativas, algunas de ellas únicas en Europa.

Tal fue el caso del Grupo de Marcas, nombre con el que se conoce a 14 firmas de prestigio, muchas de ellas competidoras entre sí (casos de Nike y Adidas, o Levi's, Liberto y Pepe Jeans) que decidieron hace algo más de un año cooperar para defenderse contra las falsificaciones. Ponen en común una inversión de 400 millones anuales, planean estrategias para diseñar campañas de publicidad que adviertan del problema al consumidor y se personan colectivamente en denuncias. El grupo de Marcas calcula que en 1999 se pudo incautar alrededor de 400.000 prendas.

Un mástil y una bandera

La piratería no afecta por igual a todos los sectores. Según la IFPI (Federación Internacional de la Industria Fonográfica), la venta de discos compactos ilegales supone el 14% del comercio mundial. En el sector de la informática, el índice a escala mundial ascendería a un 46% según algunos estudios. Un portavoz de la Guardia Civil reconoce que las cintas de vídeo piratas amenazaban en España con apartar del mercado a las legales, hasta que, tras cuatro años de investigaciones, se pudo desarticular unos grupos de origen indio que se habían hecho con buena parte del negocio."Estamos ante tramas empresariales, ante auténticas redes delictivas, cuyo objeto es el comercio y colocar ciertos productos en condiciones de competir", asegura dicho portavoz. "En España hay determinados polígonos industriales donde sería muy apropiado que, a la entrada, colocaran la bandera pirata en un mástil". En los nueve primeros meses de 1999, el número de intervenciones de la Guardia Civil ascendió a 476, con un total de 526 detenciones. Algunas de ellas, con ayudas de los detectives de plantilla.

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