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Reto escalador al cuadrado

Iker y Eneko Pou buscan en Canadá otro éxito que acerque al primero al profesionalismo

Hay muros que ni el mismísimo Iker Pou, el escalador de moda, puede vencer. Ahora que su apellido figura junto al de las dos únicas personas que han superado Acción Directa, la vía de escalada más complicada que se conoce, existen argumentos para retomar un debate hasta ahora estanco: ¿puede convertirse en profesional un escalador? En su disciplina, Pou es un maestro... transparente para los medios de comunicación (salvo para la prensa local y las revistas especializadas) y en particular, para la televisión, el único vehículo capaz de poner en marcha el dinero de hipotéticas casas patrocinadoras.En su caso, el más difícil todavía significa también el más inútil todavía, si de lograr remuneración estable para dedicarse a su deporte se trata. Iker Pou descuelga a menudo el teléfono, pero sólo para recibir felicitaciones. Ninguna llamada se ha interesado nunca por su cuenta corriente, ahora que cualquier reunión de petanca tiene un mecenas, por pequeño que sea.

De momento, Iker se ha ganado un billete para Canadá, cortesía del programa de TVE Al filo de lo imposible, la solución transitoria para escaladores y aventureros no mediáticos. Iker se lleva a su hermano, Eneko y a Eduardo Martínez, ambos testigos de la ascensión de Juanito Oiarzabal al Annapurna.

El trío se ha concedido un plazo aproximado de 40 días para escalar una vía de 750 metros en el Monte Proboscis, en la parte noroeste de Canadá, reto de una dificultad desconocida para los escaladores españoles, menos ambiciosos a la hora de escoger sus objetivos fuera de Pirineos o Alpes. "No he oído nunca hablar de una expedición estatal que asuma en una pared un reto de la dificultad que nosotros vamos a asumir. Por eso viene Iker", se ríe su hermano.

Las dificultades se llaman 11 largos de séptimo grado y pasos de octavo grado escalados en libre, dos semanas de trabajo encaramados a la pared, donde también dormirán. Su objetivo no deportivo es recoger imágenes para un documental encargado por TVE que también les llevará a encaramarse por la ruta clásica de la Flor de loto, en un valle paralelo. "El lugar es de lo más inhóspito y es muy probable que no coincidamos con ninguna persona", comenta Eneko, asustado por la inaccesibilidad de un lugar al que sólo se llega en helicóptero. El campo base es claustrofóbico: una roca en mitad de una pedrera impracticable servirá de plataforma para sus tiendas, aunque Eneko teme que alguno de los expedicionarios (les acompañan dos cámaras y una productora de TVE) deba dormir en hamaca.

Los hermanos Pou diseñaron esta expedición animados por su éxito en el Pilar del Cantábrico, una vía de extrema dificultad en el Naranjo (Asturias). Su reto, fijado antes de que Iker completara Acción Directa, adquiere ahora una dimensión nueva, más atractiva para su difusión en los medios de comunicación. Con todo, Eneko no ha logrado hallar patrocinador alguno para su hermano. "De momento", explica, "lo dejo aquí hasta que regresemos de Canadá. Las gestiones ante los patrocinadores son muy laboriosas y lentas, pero éste es el mejor momento para pedir y hay que aprovechar el tirón. Si no hacen caso a Iker ¿en quién pueden fijarse?" En cualquier actividad que pase por televisión.

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