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Pujol critica a Duran y a otros dirigentes de CiU porque hacen "demasiadas declaraciones"

La distancia confiere sinceridad y Jordi Pujol aprovechó ayer su estancia en Shanghai para dar un tirón de orejas a los dirigentes de la coalición nacionalista, incluido el líder de Unió Democràtica, Josep Antoni Duran Lleida, que se extralimitan, a su juicio, en sus declaraciones públicas sobre la situación interna de Convergència i Unió (CiU) y la estrategia política de pactos parlamentarios. El presidente de la Generalitat acalló el debate: mientras la coyuntura política lo permita, CiU no firmará ningún pacto de legislatura. Ni con el PP ni con ERC.

Como si se tratara de una lección académica de estrategia política, Pujol recomendó a los cuadros de Convergència i Unió que sean mesurados en sus comentarios públicos y a través de los medios de comunicación. "Restringirse en las declaraciones va muy bien", afirmó el presidente en el último día de visita oficial a China, "porque creo que en CiU se hacen demasiadas declaraciones, y esono beneficia mucho las cosas". La conclusión que deben extraer en CiU es, según sus propias palabras, la siguiente: "Mi opinión y lo que tenga que explicar ya lo haré el próximo domingo en el consejo nacional de mi partido". Es decir, que los trapos sucios se lavan en casa y que los debates precongresuales queden en el ámbito estricto del partido y de la coalición.

Las recomendaciones y quejas de Pujol se produjeron después de que el diputado en el Congreso Carles Campuzano reclamara a CiU que no deje perder su "perfil nacionalista y social", defendiendo de esta forma un pacto con los independentistas de ERC en Cataluña, y Duran Lleida se quejara de que Catalunya Ràdio había manipulado unas declaraciones suyas sobre los posibles acuerdos con el Partido Popular.

"No he oído lo que ha dicho Catalunya Ràdio, pero estoy absolutamente convencido de que no ha habido ninguna clase de manipulación negativa por parte de CDC ni por parte de la emisora. No existe ninguna intencionalidad", aseguró.

Los profesionales de Catalunya Ràdio rechazaron precisamente anteayer las acusaciones de Duran Lleida, si bien reconocieron que cuando estalló el escándalo de Sant Pere de Torelló -que afectó al entonces consejero de Política Territorial Josep Maria Cullell- "las presiones políticas consiguieron minimizar y muchas hacer desaparecer de antena la información".

Para demostrar que, en su opinión, la emisora pública catalana actúa con absoluta objetividad, Pujol añadió: "A veces, los políticos nos quejamos con o sin razón sobre cómo se han interpretado nuestras declaraciones. Pero este no es el caso. A veces tampoco me gustan cosas que se han dicho en Catalunya Ràdio sobre mí". El presidente no las concretó.

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Sí fue más explícito a la hora de pedir silencio en sus filas. Además de permanecer callados, los líderes de la coalición deben procurar seguir gobernando o, lo que es lo mismo, aplicar el programa electoral y el proyecto de país que defiende CiU. Según Pujol, esta estrategia va funcionando a la perfección desde el inicio de la legislatura. "No hemos tenido que votar nada en contra de nuestros intereses", subrayó.

Por tanto, si el camino es el correcto, no hay por qué variar el rumbo. Convergència i Unió quiere seguir ocupando la centralidad política en Cataluña, y un pacto estable de legislatura con el PP o ERC le haría perder esta dirección. "Es lo que hemos hecho siempre y lo que tenemos que hacer: mantener la centralidad y actuar como factor estabilizador de la política catalana", sentenció, por lo que CiU continuará apoyándose en los acuerdos parlamentarios concretos y, de momento, en el PP.

Cuatro contra uno

No obstante, Pujol se negó a precisar qué ocurriría ante un posible debilitamiento parlamentario de la coalición y si, como amenazó a la mañana siguiente de las elecciones autonómicas, la solución comportaría la convocatoria de unos comicios anticipados. "A veces nos amenazan con un cuatro contra uno", comentó, "pero ya nos hicieron uno. De esos cuatro sólo queda Ribó. Ante estas situaciones, no me pongo nervioso". Pujol se refería al acuerdo que los cuatro partidos de la oposición firmaron tras las elecciones autonómicas de 1995 para arrebatar a CiU la presidencia del Parlament. Hace una semana, el PP también amenazó a los nacionalistas con llevar el caso Pallerols a la Cámara después de que CiU votara en el Congreso contra el decreto de liberalización de los horarios comerciales.En su último día de periplo oficial por Corea del Sur y China, el presidente catalán aprovechó para lanzar toda clase de improperios contra los socialistas por sus invectivas contra los continuos viajes que Pujol realiza al extranjero. El presidente autonómico defendió estas visitas internacionales y calificó de "penoso, ridículo, provinciano, pequeño y raquítico", el discurso del Partit dels Socialistes de Catalunya. Pujol no se quedó satisfecho y añadió: "Esa gran esperanza blanca que dijeron que significaban se ha desinflado bastante. Por ahora no veo ninguna alternativa".

Hay que tomar Lao Le Gao para ganar al Barça

El gobernador de la provincia de Shanghai, Xu Kuangdi, no se quedó impasible ante las continuas referencias de Jordi Pujol a que China haga un esfuerzo por respetar los derechos humanos y emprenda el camino hacia la democracia. Después de que Pujol le regalase los oídos con los éxitos económicos del socialismo de mercado, Kuangdi explicó que la República Popular China ha dado pasos en esa dirección, por ejemplo la elección directa de los representantes políticos de los distritos y la limitación de los años de mandato para la mayoría de los gobernantes. Incluso él, dijo, abandonará la alcaldía en el año 2003, una fecha también emblemática para Pujol."Quedé muy sorprendido", afirmó Xu Kuangdi, "cuando una vez el alcalde de Berlín me dijo que llevaba 18 años en el cargo. Aquí en China hay más restricción de mandatos que en algunos países occidentales". Quizá el alcalde ignoraba cuántos años lleva Pujol como presidente de la Generalitat, pero él mismo le sacó de dudas. "Tiene toda la razón, yo mismo llevo 20", respondió el presidente catalán.

A partir de aquel momento, lo que debía ser una reunión formal se convirtió, para sorpresa de los delegados chinos, en una tertulia sobre temas como el fútbol, el elevado consumo de elementos de grifería en Shanghai, las calorías que necesitan los niños chinos, la calidad de los muebles españoles y el yudo. El alcalde de Shanghai se refirió a las desgracias del Barça esta temporada ("no me lo recuerde", le rogó Pujol) y a que los equipos chinos nunca podrán ganar al Barcelona si antes no se incrementa el bajo consumo de carne entre los niños. "Mire, tiene toda la razón, si comen mucha carne y además toman Cola-Cao, que para eso tienen una fábrica en China, seguro que nos ganan", le respondió Pujol, en medio de un estallido de risas. En Shanghai, la empresa Nutrexpa produce el célebre Cola-Cao, que en China adopta el nombre de Lao Le Gao (Alto, Feliz, Fuerte).

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