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Martín Marín se perfila como presidente de Hispasat en sustitución de López-Amor

Nuevo vuelco en la gestión de la sociedad española de satélites Hispasat. Fernando López-Amor presentó ayer la renuncia como presidente. El Gobierno, que controla la empresa con el 29,56% del capital, tiene previsto proponer a Pedro Antonio Martín Marín en su lugar. Ambos salieron elegidos diputados del PP en la lista de Madrid las pasadas elecciones. En Hispasat participan Retevisión, Telefónica y el BBVA. Estas dos entidades, que controlan el 40% de Hispasat, decidieron incluir en su alianza estratégica una acción conjunta en la compañía de satélites.

El nombramiento de Pedro Antonio Martín Marín como presidente de Hispasat está previsto para el próximo día 21, fecha del próximo consejo de administración de la sociedad. El Gobierno controla el 29,56% de Hispasat, a través de los ministerios de Hacienda, Ciencia y Tecnología y Defensa. Retevisión tiene el 30,32%, Telefónica, el 22,74% y el BBVA, el 18,48%. Martín Marín fue elegido diputado por Madrid en el número 11 en las últimas elecciones. Sustituyó a Miguel Ángel Rodríguez como secretario de Estado de Comunicación en julio de 1998 y anteriormente ocupó la Secretaría de Estado para el Deporte. En la primera legislatura del PP ha quedado claro que goza de la absoluta confianza del presidente del Gobierno José María Aznar, y varios ministros, especialmente, Josep Piqué, actual titular de Exteriores y antiguo portavoz del Gobierno, y Anna Birulés, ex directora general de Retevisión y ahora ministra de Ciencia y Tecnología, de la que depende el desarrollo de la sociedad de la información (desde Internet a los satélites).

Aunque fuentes de Telefónica aseguran desconocer aún el futuro de la presidencia de Hispasat, las relaciones de Martín Marín con el Gobierno hacen que su nombramiento sea interpretado en el sector como "poco favorable" para Telefónica, ya que su presidente, Juan Villalonga, se ha ido distanciando de La Moncloa desde que saltó el asunto de las opciones sobre acciones (stock options) y ahora se encuentra alejado del Ejecutivo. La operadora ha querido imponer sus prioridades en Hispasat, en contra de los criterios del primer accionista y otros socios, según fuentes próximas a la sociedad.

La empresa que preside Juan Villalonga y el BBVA incluyeron en uno de los 14 puntos de su alianza estratégica coordinar las actuaciones en Hispasat y todo apunta a que su interés es aumentar la participación. El Gobierno advirtió, no obstante, que vigilaría especialmente ese capítulo. Pero los designios de la empresa están en manos del Gobierno y, aunque tenga minoría accionarial, cuenta con la potestad de nombrar el presidente. En cualquier caso, se espera que ninguno de los socios ponga reparos en el consejo del día 21.

Polémica

La marcha de Fernando López-Amor no supone ninguna sorpresa para estos accionistas, que no se mostraron muy contentos con su línea ejecutiva en la compañía en los casi 20 meses que la ha presidido. Y es que López-Amor había sido incluido en la lista electoral del PP de Madrid en un puesto de salida (el 16) para asegurarle su estancia en el Congreso (salieron 19). De hecho ya ha sido elegido por el Grupo Parlamentario del PP como portavoz adjunto de la comisión de Infraestructuras del Congreso. Antes de llegar a la presidencia de Hispasat en diciembre de 1998, López-Amor fue director general de RTVE, cargo en el que había sido destituido un mes antes mientras se encontraba de visita a Costa Rica.La gestión en RTVE no daba la suficiente confianza a los socios de Hispasat. Los socios de la entidad no vieron con buenos ojos su nombramiento al frente de una empresa de carácter estratégico que gestiona las comunicaciones civiles y militares vía satélite. De hecho, esta etapa ha estado marcada por la polémica y el enfrentamiento entre los socios. Los dos accionistas de referencia (Retevisión y Telefónica) llegaron incluso a ponerse de acuerdo, con el apoyo de Defensa, para destituir a Sergio Gil, que había sido nombrado por López-Amor como director general de Hispasat, y designar para el cargo a José María Hoyos, procedente del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (el INTA, dependiente de Defensa), y a un consejero delegado.

La nota que difundió ayer Hispasat para comunicar la renuncia de López-Amor destaca que en los dos ejercicios de su presidencia, la empresa incrementó sus beneficios. En 1998, el resultado ordinario después de impuestos fue de 3.905 millones de pesetas, un 74% superior al año precedente, y en 1999 se registraron unos beneficios de 4.078 millones. En su etapa se lanzó y puso en órbita el tercer satélite del sistema Hispasat, que impulsó Telefónica para satisfacer las necesidades de Vía Digital, pero no contaba con todas las bendiciones del resto de los accionistas. Además, López-Amor ha tenido que lidiar la pugna entre Hispasat y Defensa a causa del interés militar por desarrollar en el INTA un satélite de comunicaciones propio al margen de Hispasat.

Fuentes de la compañía aseguran que López-Amor ha encargado un dictamen jurídico para determinar si puede continuar como consejero de Hispasat siendo diputado.

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