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NEGRITAS

Récords

Almería es ciudad de récords por iniciativa privada que son aplaudidos por la colectividad. El libro Guinnes de los récords es ya un clásico en la ciudad, que observa impávida los desafíos a la mesura y la cautela. Si hace seis meses eran los empresarios hortícolas los que, ayudados por la Universidad, superaban la marca mundial en cuanto al tamaño de ensalada aliñada -3.547 kilos de hortalizas- hoy es un pinchadiscos el que saborea las mieles del éxito improductivo. Javier Rapallo empezó a poner música en una discoteca almeriense una noche y no paró de pinchar discos hasta la octava. En total 170 horas y un minuto para romper el récord del mundo de discjockey que, paradójicamente, él mismo ostentaba en 162 horas y diez minutos. La proeza, calificada por el protagonista como "la madre de todas las batallas y el padre de todos los récords", no ha sido fácil. El mezclador de los inolvidables temas bacaladeros como Caña de España o Vicio sin desperdicio tuvo que someterse a una preparación física concienzuda y pasar controles antidopaje con notario y médico al quite.Otros récords en duración, aunque ajenos a la búsqueda de la marca con presencia notarial pero también relacionados con la música -flamenca en este caso- fueron depauperados no hace muchos días por el cantaor Antonio Fernández Díaz Fosforito, en una alusión a los "interminables" festivales de flamenco de antaño. Sin llegar a compararlo con el maratón organizado por Rapallo, Fosforito expresó su alivio al considerarlos como la moda de un tiempo que pasó. "Uno asistía a esos lugares y nunca sabía cuando le tocaba actuar porque quien iba delante tuya se sentaba y no acababa, y eso no puede ser", se lamentó. Recuerdo más romántico sobre los mismos eventos demostraron tener José Fernández Torres Tomatito y José de la Tomasa, que reconocieron como único récord la unidad entre sus participantes. "Aquellos recitales han perdido su ángel porque tenían una filosofía flamenca y se hablaba del cante. Hoy, cuando nos reunimos hablamos del coche o del chalet", sentenció De la Tomasa.

Cada uno en su ámbito va copando récords. Así, la Policía reveló a La Voz de Almería que sólo una veintena de individuos se "reparten" el pastel de la delincuencia común. Uno de ellos, con 40 detenciones, fue arrestado el jueves al quedarse dormido tras beber una botella de vodka en el chalet al que había entrado a robar.

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