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ALFREDO SÁNCHEZ MONTESEIRÍNALCALDE DE SEVILLA

"El ruido ambiental distorsiona la verdadera gestión municipal"

Tereixa Constenla

Inmerso en su primera Semana Santa como regidor, Sánchez Monteseirín (La Rinconada, 1957) asegura que está al frente de un gobierno de coalición estable (PSOE-PA), que ha superado una crisis de crecimiento. Cree que el trabajo diario de su equipo de gobierno se desconoce debido al "ruido ambiental" y a la "politiquería" de la "casa".Las lluvias han aguado algunas procesiones, pero el alcalde considera prematuro "lanzar las campanas al vuelo" y garantizar que ya no habrá restricciones de agua en verano, algo que desearía evitar. Si no vuelve a llover, confiesa que serán irremediables. Pregunta. ¿Cuánto tiempo tendrá que esperar Sevilla, en las puertas del nuevo milenio, para tener garantizado el suministro de agua?

Respuesta. La Unión Europea no es suficientemente consciente de la realidad de nuestro suministro de agua potable en en periodos de sequía. Por ejemplo, es díficil que la comisaria sueca de Medio Ambiente entienda, en un territorio como del que ella proviene, que haya una parte de Europa con necesidades extremas. Eso hace que se retrasen decisiones que tendrían que tomarse con premura. El pantano de Melonares ha tenido tantas vicisitudes que hay hastío ciudadano y, sin embargo, hubiera sido una solución. Pero hemos mejorado el agua del río y hemos conseguido la conexión de los sistemas del Huésnar y Emasesa para contar con parte del agua proveniente del embalse del Huésnar. Y se están planteando medidas para acabar con las fugas y hacer un uso racional, que debería hacer el sector agrario. La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir no hace lo suficiente en esa dirección.

P. Los empresarios cifran el negocio de la Semana Santa en Sevilla en 15.000 millones de pesetas. ¿Compensa eso cualquier otro trastorno de la vida ciudadana?

R. Creo que sí. Pero la Semana Santa no es un producto elaborado para turistas, lo que tiene de profundidad y atractivo es que es auténtica. Pero el turismo viene y se trataría de que durante el año pudiéramos ejercer la misma atracción. Lo que más me importa del movimiento económico que se da es que produce ingresos externos a la economía de la ciudad.

P. Con las procesiones también llegan las amenazas de conflictividad laboral. ¿Le parece oportunismo o irresponsabilidad de esos colectivos?

R. No es fácil organizar la Semana Santa, y la ciudad lo hace como si no costara. Entre los preparativos están las condiciones laborales de aquéllos que van a tener que realizar un esfuerzo extraordinario. Mi percepción es que la gente es responsable a la hora de afrontar sus obligaciones. Luego, harán más o menos ruido, pero saben estar a la altura de las circunstancias.

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P. ¿Ha fallado su gobierno en el conflicto de bomberos y policías?

R. Mi actitud ha sido dialogante. Hemos puesto sobre la mesa una actitud constructiva para atender en lo posible unas reivindicaciones de hace cinco o seis años. Se alargó la llegada del acuerdo porque las posiciones no eran coincidentes. Era imprescindible que la organización del servicio respondiera a las demandas de seguridad ciudadana. Los representantes sindicales han defendido los intereses del colectivo, y no siempre coinciden los intereses generales con los de un colectivo. El acuerdo intenta compaginar ambas cosas.

P. ¿Se han desbloqueado los presupuestos?

R. Están en fase de estudio por parte de los grupos políticos del gobierno. En cuanto respondan, los trasladaremos a la oposición.

P. ¿Han desaparecido las discrepancias entre los dos socios?

R. No ha habido discrepancias, ha habido un intento de aunar en un documento presupuestario las respuestas a las necesidades de las delegaciones. Los delegados consideran que necesitan muchos recursos económicos y a eso luego se le da un enfoque ante la opinión pública. No sé si a algunos delegados les han influido cuestiones de otro nivel político, pero nada tendría que ver una cosa con otra.

P. Hay coincidencias. A finales de 1999 la negociación estaba avanzada y se bloqueó con la crisis del caso Bazar España.

R. Nada de lo hablado hasta entonces se ha revisado, pero ha habido un trabajo posterior. Hemos tejido sobre lo que antes se había hablado.

P. ¿Apreció algún intento de bloqueo de sus socios (PA)?

R. No quiero entrar en juicios de intenciones. No se han concretado nunca en la mesa de diálogo sobre los presupuestos.

P. ¿Cree que el pacto de gobierno en la Junta no ha influido ni interferido ni afectado de ninguna manera a la negociación?

R. Lo que digo es que por parte del alcalde, ni el acuerdo de gobierno ni las elecciones ni nada que tenga que ver con las relaciones políticas dentro del gobierno, ha influido en mi actitud con respecto a los presupuestos. Yo hablo por mí.

P. ¿Y diría lo mismo de sus socios?

R. No lo sé. No sé si en los dos grupos políticos, en el PSOE o PA, habrá habido algun tipo de razones; eso ya no lo sé.

P. ¿Le cuesta administrar el pacto de gobierno? ¿Le preocupa la imagen de un gobierno débil?

R. La sensación de un gobierno débil no puede sustituir a la idea de alcalde débil que había antes. Se había establecido un tópico interesado de alcalde débil, y cuando el alcalde ejerce como tal, se habla de un gobierno débil. No, hay un gobierno que quiere hacer cosas y eso siempre cuesta. Si viviéramos en la inactividad de otros periodos, probablemente habría menos problemas y menos tensiones. Éste es un gobierno que tiene garantizada políticamente su estabilidad y es fuerte, que ha tenido una crisis de crecimiento y de madurez.

P. Imagino que la crisis de madurez se refiere a la del Bazar España, pero los problemas han continuado. La falta de presupuestos en el mes de abril paraliza la revisión del PGOU y las inversiones.

R. Pero no es preocupante, en cuanto tengamos el presupuesto aprobado, esas cosas irán como la seda, porque ya hemos hecho los trabajos previos. Lo demás forma parte de la politiquería, del cotilleo de esta santa casa, donde hace más ruido cualquier pequeña cuestión interna que las grandes cosas que estamos poniendo en marcha. Vivimos una política de declaraciones en vez de una política de hechos. Si me pregunta si me siento contento y feliz por el ambiente de declaraciones de esta casa, pues no; pero me siento contento por la política de hechos. Me sorprende la capacidad de mis delegados para hacer cosas con un presupuesto viejo. Es un trabajo no suficientemente conocido por el ruido ambiental, que distorsiona la verdadera gestión municipal.

P. ¿Qué futuro le aguarda al estadio de la Cartuja?

R. Ocurrirá lo mismo que con las grandes infraestructuras de la Expo, que parecían difíciles de rentabilizar a corto plazo. El estadio ahora mismo es una instalación no utilizada en sus posibilidades, pero se rentabilizará en unos años.

P. ¿Esperaba el desvío presupuestario que ha habido?

R. Me he comprometido a no hablar del estadio olímpico más que en el seno de la sociedad. Intervine para que tuviera determinadas características para los Mundiales de Atletismo y en el acuerdo sobre la financiación y el coste, que se estableció en 15.000 millones de pesetas. ¿Qué ha venido después? Prefiero hablarlo en el seno de la sociedad.

"El coste del estadio se fijó en 15.000 millones. Prefiero hablar de lo que vino después en la sociedad"

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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