_
_
_
_
_

Canadá aprueba una ley que hace más difícil la independencia de Quebec

La Cámara baja del Parlamento federal de Canadá aprobó el miércoles un proyecto de ley que permitirá al Gobierno rechazar el resultado de un eventual referéndum sobre la independencia de Quebec. El proyecto de ley, C-20 o "ley de claridad", fue adoptado en tercera y última lectura por 208 diputados contra 55. Aunque todavía debe ser aprobado por el Senado antes de tener rango de ley, la Cámara alta sólo puede proponer enmiendas o tratar de retrasar su adopción. La ley establece que el Gobierno federal tendrá que decidir si la pregunta que se someta a votación es clara y si el porcentaje de votos a favor de la independencia es suficiente.Desde su presentación en la Cámara baja el pasado mes de diciembre, el proyecto ha dado lugar a vivos debates entre el Gobierno del primer ministro liberal, Jean Chrétien, y el Bloque Quebequés, el partido de los secesionistas quebequeses en el Parlamento federal de Ottawa. En su última tentativa de retrasar la aprobación, el Bloque Quebequés, que tiene 44 de los 301 sillones parlamentarios, llegó a presentar 411 enmiendas al proyecto de ley, lo que obligó a la Cámara baja a reunirse día y noche entre los pasados lunes y miércoles para votar las enmiendas. Finalmente, todas fueron rechazadas, ya que los soberanistas sólo consiguieron el apoyo de cuatro diputados del Partido Conservador y dos de los Nuevos Demócratas (socialdemócratas).

Antes de la votación final, el ministro federal de Asuntos Intergubernamentales, Stéphane Dion, defendió su proyecto: "Con esta ley cada canadiense tendrá la garantía de que nunca el Gobierno canadiense intentará negociar la separación de una provincia a menos que la población de esa provincia haya expresado claramente su voluntad de dejar de pertenecer a Canadá". Según Dion, los soberanistas quebequeses "se saben incapaces de convencer a los ciudadanos de Quebec de que la secesión es la mejor solución". Daniel Turp, por el Bloque Quebequés, rechazó el proyecto de ley por considerarlo "antidemocrático".

Condiciones más duras

Este proyecto de ley endurece de forma importante las condiciones de una posible separación de Quebec, la provincia francófona que hasta el momento ya ha celebrado, aunque sin éxito, dos referendos, en 1980 y 1995, para proclamar su soberanía si hubiera obtenido el 50% más uno de los votos. En 1998, tres años después de que los soberanistas perdieran por un estrecho margen su segundo referéndum, el Tribunal Supremo dictaminó que el Gobierno de Ottawa debería negociar con los secesionistas los términos de la independencia (reparto y compensaciones) si una mayoría clara del electorado quebequés se expresaba favorable a un deseo de independencia formulado a través de una pregunta clara, sin ambigüedades. Ottawa interpretó entonces esta sentencia como favorable a su causa, por cuanto el Gobierno de Chrétien considera que ni las preguntas que se han sometido hasta ahora a referéndum han sido lo suficientemente claras ni que el 50% más uno de los votos, como pretenden los soberanistas, es una mayoría para decidir la independencia.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_