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La Fiscalía del Menor investiga la repatriación de dos menores magrebíes

El fiscal del Menor, Félix Pantoja, y el defensor del Menor, Javier Urra, han pedido explicaciones al Instituto Madrileño del Menor y la Familia (IMMF), de la Comunidad, y a la Delegación del Gobierno por la reciente repatriación a Marruecos de dos menores magrebíes que, tras emigrar solos a Madrid, vivían en una residencia de Chamberí para chicos desamparados. Urra y Pantoja conocen los hechos por la denuncia de un particular y por ahora no tienen ninguna opinión formada sobre ellos. Sí aseguran que la legislación promueve que a un menor se le devuelva junto a sus padres.También la diputada del PSOE María Luisa Álvarez planteó ayer en el pleno de la Asamblea este asunto, que, según sus datos, ha llevado a otros siete menores inmigrantes sin familia en Madrid a abandonar las residencias donde vivían "por miedo a que les pase lo mismo".

La directora del IMMF, Esperanza García, explica que lo único que se ha hecho "es cumplir la ley". "La legislación española defiende el derecho de todo menor a vivir con su familia. En estos casos de chicos que emigran solos lo complicado es localizar a los padres porque ellos a menudo ofrecen datos falsos sobre su identidad y están indocumentados", explica.

"Si nos llega un menor holandés, el procedimiento es el mismo. Es verdad que estos chavales emigran en busca de un futuro mejor, pero a veces te encuentras chiquillos de 12 años que vienen a trabajar y eso en España es imposible. ¿Qué hace un chaval de esa edad aquí sin familia?", añade García. "Lo que en ningún caso hacemos es expulsar al chico dejándole en la frontera de su país, se contacta con la familia y se le lleva al chaval", apostilla.

En el último trimestre de 1999 el IMMF inició dos programas de apoyo a estos muchachos, uno de formación en cocina y albañilería y otro para documentarles. Ambos proyectos funcionan tras ganarse la confianza de los chicos, confianza que puede truncarse si ven que se les traslada a Marruecos sin ellos quererlo.

Mayores reticencias

Antonio Lozano, presidente de la asociación Paideia, encargada del programa de documentación, explica que desde las repatriaciones sus educadores de calle se están encontrando grandes reticencias cuando se dirigen a estos chavales para convencerles de que dejen de deambular y vayan a vivir a las residencias regionales.

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Según García, los programas de apoyo tienen sentido "porque la repatriación es un proceso lento y mientras debemos atender al chaval, hay que contar, además, con que localicemos a su familia. No es lo mismo un chiquillo de 9 años que otro de 17 y al que tiene más sentido documentarle y formarle para que se labre su futuro aquí que llevarle junto a sus padres", concluye. La presencia de estos jóvenes en la red de protección de menores es creciente: en 1999 supusieron más de la mitad de los 1.142 ingresos en el centro de acogida de Hortaleza.

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