CiU pierde 200.000 votos y un escaño, pero resiste el 'efecto Piqué'
Convergència i Unió (CiU) casi ha mantenido los resultados en diputados de 1996 -pasa de 16 a 15 diputados - pero pierde 200.000 votos, resiste el efecto Piqué, aunque ha perdido su baza más importante: ser clave en Madrid. El convertirse en tercera fuerza política parlamentaria y sus 15 escaños no fueron motivo de alegría suficiente para los nacionalistas, porque los resultados cuestionan sus dos grandes objetivos para esta legislatura: el incremento del autogobierno y la mejora del sistema de financiación.
Los nacionalistas catalanes se lo jugaban todo a una carta: ser decisivos para la formación de Gobierno. No se cansaron de repetirlo durante toda la campaña. Pero la holgada mayoría absoluta del Partido Popular ha dado al traste con esta esperanza. En la noche de ayer, Xavier Trias no recibió ninguna llamada telefónica; al contrario, tuvo que hacerla él para felicitar a los conservadores. No obstante, CiU aguantó bien el envite electoral: pierde tan sólo un escaño (el de Girona en favor de los conservadores) y casi un punto (del 29,61% al 28,75%). Pero además, según destacaron ayer los dirigentes de la coalición, en Cataluña se acercan al PSC.Todos los líderes nacionalistas que en la noche de ayer comparecieron para analizar los resultados lo hicieron casi estrictamente en clave catalana. En las próximas semanas ya tendrán tiempo suficiente para extraer consecuencias de la mayoría del PP y el futuro que les depara tanto en Madrid como en el Parlament. El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, que había augurado para su formación una retirada a los cuarteles de invierno en caso de que hubiera otra mayoría absoluta en Madrid, se encargó de suavizar las consecuencias de la victoria de José María Aznar: "Veremos cómo actúan en las próximas semanas, pero confío en que la mayoría del PP no sea tan hostil como lo fue la de los socialistas para Cataluña".
Silbidos al PP
El cabeza de cartel de CiU, Xavier Trias, se felicitó por los resultados de su formación y culpó a los socialistas y a su pacto a escala estatal con Izquierda Unida de la amplia victoria del Partido Popular. Pacto que calificó de puramente táctico e incomprensible, "que va en contra de la ideología".
Confesó Trias que la mayoría del PP no le entusiasmaba y evitó contestar directamente a la pregunta de si esta coyuntura frenará las aspiraciones de CiU para esta legislatura. "Continuaremos trabajando para que Cataluña sea auténticamente una nación", subrayó; "que no seamos decisivos no es mérito del PP ni nuestro, es culpa de los socialistas".
"No habrá un cambio de planes", destacó Jordi Pujol, "pero indudablemente las circunstancias son diferentes". Sin embargo, evitó hacer un pronóstico sobre cómo actuarán los conservadores. Desde Madrid, el portavoz del Ejecutivo y cabeza de lista del PP por Barcelona, Josep Piqué, volvía a ofrecer a CiU su colaboración parlamentaria, aunque la advirtió que se vaya olvidando de una negociación bilateral para el nuevo sistema de financiación, ya que éste será igual para todas las comunidades autónomas.
Los líderes de CiU no podían disimular en la sala de prensa del hotel Majèstic su contrariedad por los resultados. Entre el público abundó la animadversión hacia el PP, hasta el punto de que se oyeron numerosos silbidos cuando Trias felicitó a los conservadores por los resultados obtenidos.
En principio, tanto para Trias como para Pujol los resultados de ayer no tienen que modificar ni un ápice la coyuntura parlamentaria en Cataluña. El presidente volvió a ofrecer un acuerdo de legislatura a Esquerra Republicana, cuando los independentistas ya lo habían rechazado y apostaban de nuevo por una alianza tripartita entre CiU, el PSC y ERC. "Nosotros no estamos en retroceso, los únicos son los socialistas, tanto en Cataluña como en España", declaró el líder de CiU, a la vez que destacaba el crecimiento de todas las formaciones nacionalistas en el conjunto del Estado.
CiU se convierte por segunda vez en la tercera fuerza parlamentaria del Congreso, aunque de poco le servirá por la mayoría absoluta del PP. Ya lo fue en 1989 cuando Miquel Roca encabezó la candidatura por Barcelona. En las elecciones al Senado, los nacionalistas también resistieron. Obtienen ocho senadores, los mismos que en la anterior legislatura, y vencieron a la Entesa Catalana de Progrés en Girona y Lleida.
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