En un puñado de kilómetros
Los graneros de votos de los cuatro partidos políticos que concurren a las elecciones andaluzas están en cuatro pueblos no muy lejanos entre sí teniendo en cuenta la extensión de la comunidad, poco menor que Cuba. La cercanía entre ellos, sobre todo entre Cañada Rosal, Montemayor y Cabra, acentúa aún más el misterio de por qué la gente se vuelca en un partido cuando las condiciones socioeconómicas e incluso históricas han sido similares. Cobra fuerza la hipótesis de que es la experiencia municipal la que empuja a los vecinos a repetir su voto en otras convocatorias electorales, ya sean autonómicas o generales. Así sucede al menos en estos cuatros pueblos que van a las urnas guiados por la luz del gobierno local.
Pero no deja de sorprender que cuando el perfil es, a veces, tan semejante, unos campesinos voten al PP sin razón aparente mientras otros encuentren motivos de sobra en su origen agrícola para votar a IU. O que el origen bodeguero deje posos conservadores en un pueblo mientras en otro quede un regusto de izquierda.
