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Reportaje:

Situación alarmante en España

El área mediterránea tiene dos focos principales de biodiversidad: el Mediterráneo occidental (la península Ibérica, Marruecos, Argelia y Túnez) y el oriental (Turquía y Grecia). Y, ya dentro de España, los puntos calientes son sierra Nevada, "con un elevadísimo porcentaje de endemismos", según palabras de Santiago Castroviejo (investigador del CSIC), y las islas Canarias -encuadradas a su vez junto con Madeira y Azores dentro de la macronesia- donde casi el 40% de la flora es endémica. Castroviejo describe la situación como "alarmante", aunque el tipo de problema es distinto al de los trópicos porque las especies mediterráneas están habituadas a ambientes secos y su resistencia es mayor.

Miguel Ángel Naveso, director de conservación de SEO, marcaría en rojo tres áreas en España, una son los bosques de laurisilva en las islas de Tenerife y La Palma, una de las pocas zonas catalogadas como EBA (Endemic Bird Areas) y donde la intensa deforestación para aprovechamientos agrarios y forestales "hace imposible volver a las condiciones del bosque primario". La otra zona en peligro son los humedales, donde la sobreexplotación de acuíferos ha desecado lagunas esenciales para especies como los patos malvasía y la cerceta pardilla. La tercera zona en peligro para Naveso son las estepas, "áreas únicas en Europa cuya transformación en regadíos amenaza una flora endémica muy rica y de ámbito muy restringido, así como aves como la avutarda y el cernícalo primilla. Los productos agroquímicos de los regadíos erradican los insectos que alimentan a estas aves.

El alto valor ecológico de España como zona de tránsito entre los ecosistemas atlántico y presahariano no ha merecido, sin embargo, la puesta en marcha de un plan efectivo de protección, en opinión de los expertos. Theo Oberhuber, de Ecologistas en Acción, denunciaba en febrero en la revista Quercus que "la estrategia española para la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica está siendo marginada por el Ministerio del Medio Ambiente". Esta Estrategia fue presentada hace un año por Isabel Tocino, pero desde entonces "se han incumplido la mayoría de los plazos establecidos", dice Oberhuber. La estrategia debía conducir a planes sectoriales para evitar o minimizar el impacto de actividades como la agricultura, el turismo, la energía, etcétera. Ninguno de estos planes sectoriales se ha realizado todavía.

Naveso coincide con Oberhuber. "La estrategia debía ser un diagnóstico claro de la situación, al avisar las amenazas y proponer medidas. Pero el documento ha quedado totalmente descafeinado. No fue aprobado con el rango adecuado y ahora sólo es un documento de intenciones".

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