La sofisticada moda del paleolítico
Nuestros antepasados del paleolítico vestían ropas muy elaboradas y utilizaban gran variedad de adornos hace 27.000 años, en plena edad del hielo, según un trabajo que un grupo de arqueólogos de la Universidad de Illinois publicará en la revista Current Anthropology. El hallazgo parece demostrar, además, que la producción de tejidos mediante el trenzado de fibras vegetales es mucho más antiguo de lo que se pensaba.Según Olga Soffer, responsable de la investigación, "se trata de las primeras evidencias de producción de cuerdas y tejidos trenzados en el mundo y reflejan el uso de tecnologías asociadas hasta ahora con periodos más tardíos". Los hallazgos, 80 impresiones grabadas en trozos de arcilla encontrados en yacimientos europeos, especialmente en la República Checa, se calculan de una antigüedad de 27.000 años. Los restos han sido analizados mediante microscopía hasta descubrir los detalles que avalan las conclusiones de los científicos.
La multitud de formas y materias diferentes impresos en la roca sugieren una gran diversidad de objetos, como gorros, cintas, collares, cinturones, faldas, vendas y lienzos. Algunos de ellos recuerdan las ropas y adornos representados en algunas figurillas de la época, conocidas como Venus paleolíticas o esteatopigias.
De acuerdo con las conclusiones de Soffer, que en su juventud trabajó en el departamento de promoción de moda de unos almacenes, lejos de la idea de monótona indumentaria que sugieren las imágenes con que habitualmente se ilustra la vida de nuestros antepasados, apenas cubiertos con pieles de animales toscamente trabajadas, ya en aquella lejana época existía una preocupación por ataviarse con ropas y adornos sofisticados y su utilización como elemento diferenciador dentro de cada grupo humano, según se desprende de la variedad de formas encontradas. El aspecto que debían conferir a sus portadores resultaba más vistoso que el que aparece en recreaciones populares, como las de los Picapiedra, según explica con cierta sorna la arqueóloga.
En su opinión, compartida por sus dos compañeros de investigación, James Adovasio y David Hyland, la producción de las ropas y adornos cuyos indicios han hallado constituían una de las principales actividades de los grupos humanos de entonces. Probablemente se trataba de una labor realizada por mujeres, niños y ancianos durante las partidas de caza de los varones adultos. Aportan, además, cierta luz sobre el papel de la mujer en aquellas sociedades del pleistoceno. "Las mujeres que producían tan delicadas prendas probablemente intentaban crear símbolos del status familiar dentro del grupo", dicen. Dichas prendas y adornos debían exhibirse especialmente, en su opinión, durante las ceremonias y rituales religiosos.
Hasta ahora se consideraba que los tejidos más antiguos databan de hace unos 8.000 años y se situaba su origen en Anatolia y Palestina, donde se han encontrado restos de fibras de lino trenzado y retorcido. Una cerámica egipcia de hace 6.900 años muestra incluso un primitivo telar. Probablemente nuestros antepasados de hace 27.000 años utilizaban una técnica mucho más primitiva y trabajosa, aunque su resultado fuese casi el mismo. Según Soffer, "la finura de los tejidos que hemos encontrado son comparables no sólo con los del neolítico, sino incluso con los de épocas posteriores, como la edad de bronce o la del hierro".
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