Los geógrafos españoles debaten sobre el concepto de paisaje
Dice el diccionario que el paisaje es "la extensión de terreno que se ve desde un sitio". Para los investigadores que se reúnen estos días en el XVI Congreso de Geógrafos Españoles, que se celebra en Málaga bajo el lema El territorio y su imagen, la cuestión es bastante más compleja, y tiene ramificaciones que tocan de cerca los fundamentos teóricos de su ciencia. Porque una de las vertientes básicas de la Geografía es la interpretación del paisaje como resultado de la relación entre el hombre y la naturaleza.Ayer los geógrafos discutieron largamente sobre este concepto. Les ayudó el escritor leonés Julio Llamazares, que pronunció la conferencia inaugural y describió el paisaje como "el espejo del tiempo". El territorio también tiene historia, vino a decir: nuestra percepción de él tiene mucho que ver con la memoria, y en realidad cada vez que miramos el paisaje estamos recreándolo. Construimos el paisaje. Y no sólo en el sentido perceptual, sino también en el físico, cada vez que tomamos la decisión de poner una casa aquí o de hacer pasar una carretera por allá.
Se habló mucho del dinamismo del paisaje, de su continua evolución; se discutió sobre la posibilidad de considerarlo como un mosaico formado por miles de piezas únicas e irrepetibles; se dudó de la existencia de un concepto unitario que los geógrafos puedan utilizar como base de su análisis. Julio Muñoz, de la Universidad Complutense de Madrid, condensó las visiones posibles en dos. Por una parte, el paisaje como expresión de una realidad subyacente, el territorio. "Esa es la que yo prefiero", precisó. Por otra, se puede mirar como recurso en sí, con sus propios caracteres y valores.
A esto se refirió Juan Oliva, de la Diputación de Málaga, que dijo, muy gráficamente, que "el paisaje es dinero y mueve voluntades". A su juicio, es necesario que el geógrafo aprenda a hacer valoraciones del paisaje, para que, por ejemplo, "explique al alcalde o al promotor que no conviene construir una torre ahí", porque se desperdicia un recurso.
