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El fiscal pide un año de cárcel por homicidio imprudente para el dueño del dogo que mató a un niño en Mallorca

El juicio por la muerte el pasado 29 de enero en Can Picafort (Mallorca) del niño de cuatro años Francisco Miguel Hiraldo a causa de las dentelladas de un dogo argentino arrancó ayer entre escenas de dolor. Una de ellas correspondió al dueño del can, Alfredo Cordero, quien rompió a llorar al escuchar la tremenda declaración de la madre del fallecido, Francisca Vega. "Sólo sé que mi hijo podía estar aquí y hace diez meses que lo enterramos. Lo único que pido es justicia", dijo la mujer. El fiscal y la acusación particular acusan a Cordero de homicidio imprudente y solicitan uno y cuatro años de prisión respectivamente.La muerte del niño desató en España un encendido debate sobre el control de perros de razas consideradas peligrosas. El dogo argentino Copi, que fue sacrificado tras el brutal ataque, ya había dado muestras de una peligrosidad extrema al morder en 1998 a dos niños. Por esa acción, su propietario fue condenado por una falta, aunque la sentencia todavía no es firme.

Precisamente, el fiscal y la acusación particular toman como antecedente esa agresión, que acabó con dos niños heridos, para insistir ante el juez que Cordero no tomó las medidas oportunas para evitar otro ataque. Mantienen asimismo que el dueño de Copi había entrenado al can para atacar, extremo que éste ha negado. El perro fue ejecutado después de que los veterinarios certificaran que era irrecuperable y que su peligrosidad constituía un riesgo constante.

El abogado del acusado, Juan Luis Matas, recordó que su cliente solicitó "deshacerse del perro", pero se le recomendó que no lo sacrificara por constituir prueba en una causa, con lo que decidió "llevarlo a un centro de adiestramiento para disminuir su agresividad". Según el letrado, su defendido instaló una valla en su casa e incluso cambió el sistema de apertura de la puerta para evitar que el animal se escapase, pero el día en que Copi mató a Francisco Miguel, a pesar de la orden en contra que tenían los dos hijos de la familia Cordero, el chico de 14 años sacó a pasear a sus dos perros. "Tanto mi cliente como su mujer se habían ausentado de la casa", explicó el abogado, quien aseguró que el niño dejó suelta a la perra y el dogo se le escapó tras ella.

Matas cree que el caso debe ser sobreseído porque "el código civil ampara a la familia de las responsabilidades y de los siniestros o daños que ocasionan animales y menores".

El juez tomó declaración ayer a numerosos testigos, entre ellos el adiestrador de Copi, quien afirmó que cuando lo tuvo a su cargo el perro se mostró como "dominante, pero no agresivo". La madre del fallecido aseguró que a su hijo le gustaba mucho jugar con animales, y señaló que el día del ataque Copi no llevaba cadena ni bozal. El juicio, que se celebra en Inca, continúa hoy con los testigos de la defensa y el informe de los peritos.

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