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LOS PROBLEMAS DE LA INMIGRACIÓN

Desarticulada una red que traficaba con inmigrantes a bordo de un barco de recreo

El viaje completo desde Ceuta hasta Barcelona, con alojamiento, travesía en barco de recreo y traslado en coche de alquiler hasta el punto de destino, costaba 700.000 pesetas por persona. Pero no era un crucero de placer, sino el negocio de una banda de tráfico de inmigrantes irregulares que acaba de desarticular la policía y que hacinaba a los africanos en una pensión, los amontonaba en el minúsculo camarote de un lanchón y luego los ocultaba de mala manera en coches para un viaje por carretera de 12 horas.

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La Brigada Central de Extranjeros de la Policía, en colaboración con agentes de Ceuta, Algeciras (Cádiz) y Estepona (Málaga), han ejecutado esta nueva operación contra las mafias que trafican con personas a través del estrecho de Gibraltar. Los cuatro integrantes de la red, todos españoles, y 23 indocumentados introducidos por ésta en España han sido arrestados.Las investigaciones comenzaron en octubre, con la detención en Barcelona de varios inmigrantes que habían sido trasladados en dos vehículos de alquiler desde el Campo de Gibraltar hasta la localidad de Granollers. Los indocumentados relataron a la policía que cada uno había pagado 700.000 pesetas por el viaje completo a una organización radicada en el norte de Marruecos.

Las pesquisas condujeron a una pensión de Ceuta llamada La Puntilla, donde la red reunía a los inmigrantes que había captado en los alrededores de Ceuta (fundamentalmente en Castillejos, a tiro de piedra del perímetro fronterizo) hasta que el barco estuviera listo. Los sin papeles aguardaban en este punto hasta que los organizadores del viaje lograban reunir a entre 20 y 30 personas. Cuando la policía entró en la hospedería halló a tres indocumentados y a uno de los guías que ayudaban a los inmigrantes a franquear las alambradas que rodean Ceuta.

Cuando todo estaba a punto, los inmigrantes salían de cuatro en cuatro de la pensión, atravesaban el paseo principal del puerto ceutí y se encaminaban hasta el pantalán donde aguardaba el yate Rocío del Mar, un lancha de 8,26 metros de eslora, dos motores intraborda de 260 caballos, cuya matrícula era Ceuta 136/92. La policía vio cómo en la noche del sábado pasado 20 inmigrantes hacían este recorrido. El grupo se amontonaba en el sofá semicircular que ocupa casi todo el espacio del minúsculo camarote.

Viaje a Estepona

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El viaje se hacía de noche hasta algún puerto deportivo de la Costa del Sol y el Campo de Gibraltar. No obstante, para no despertar excesivas sospechas en los muelles, la banda disponía de otra lancha rápida -la Hidra, matrícula de Ceuta 113/96, ocho metros de eslora y un motor fueraborda de 115 caballos- para trasbordar a algunos sin papeles y desembarcarlos en otras zonas costeras ya prefijadas.El puerto deportivo de Estepona era uno de los preferidos por los traficantes, donde los inmigrantes también eran desembarcados clandestinamente en grupos reducidos para no despertar sospechas. Una vez en tierra, la red tenía contactos para que estas personas llegasen hasta las zonas agrícolas de Levante y Cataluña en taxis concertados e incluso en coches de alquiler.

Pasadores y sin papeles se movían con tanta cautela en el puerto de Estepona, que su director, Gregorio Busto, desconocía hasta ayer mismo, cuando se enteró por la radio, que dos de las lanchas rápidas atracadas estaban involucradas en una red de tráfico de inmigrantes. "Es una cosa que ha llevado la Policía en secreto y para la que no han contado con nosotros", dijo.

La embarcación Rocío del Mar entró en el puerto el pasado 17 de octubre. Había pagado el atraque por adelantado hasta el 10 de diciembre. "Cuando se paga con este sistema no se controla cada vez que entran y salen", precisó Busto. No obstante, uno de los guardas de seguridad de los muelles aseguró que había visto cómo el yate realizaba numerosos movimientos, siempre de día.

La otra embarcación, la Hidra, llevaba atracada en Estepona desde el pasado 8 de noviembre y salió ayer por última vez del puerto, según su director. Según las fuentes consultadas, ninguna de las dos embarcaciones había estado atracada anteriormente en el puerto. La Hidra, además, no había notificado su último arribo a la torre de control del puerto.

En la operación han sido detenidos los máximos responsables de la banda: Rafael A. M. G., natural y vecino de Algeciras, que era el propietario del Rocío del Mar; Julio O. G., natural de esta misma ciudad y piloto de la embarcación; Bartolomé B. T., natural de Alcudia (Baleares), quien era el responsable del traslado de los inmigrantes hasta la zona de embarque, y Halid S. M., un español de origen magrebí y residente en el conflictivo barrio del Príncipe Alfonso de Ceuta. Todos han sido acusados de delitos contra los derechos de los trabajadores. Bartolomé B. T tenía pendientes dos reclamaciones judiciales en Málaga, mientras que el piloto del yate había sido sorprendido con anterioridad por tráfico de personas y estupefacientes.

Además, la policía interceptó a 23 personas de origen marroquí -tres de ellas mujeres- totalmente indocumentadas, quienes serán expulsados de España en breve. El precio que habían pagado los inmigrantes, unas 700.000 pesetas, es muy superior al que se abona por una travesía en patera. Pero a diferencia del traslado por este sistema, mucho más peligroso y en el que los sin papeles tienen que buscarse la vida por sí solos una vez en tierra, el que ofrecía la banda desarticulada comprendía todas las etapas (incluida la terrestre, muy difícil) y era más seguro.

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